22/12/2024

'Más allá de la igualdad', por Juan Carlos Gambirazio

Sábado 26 de Octubre del 2019

'Más allá de la igualdad', por Juan Carlos Gambirazio

El clásico del fútbol peruano, en su versión femenina, nos reconcilia con la esencia del deporte rey

El clásico del fútbol peruano, en su versión femenina, nos reconcilia con la esencia del deporte rey

Alianza Lima y Universitario, clásico femenino del fútbol peruano | En una entrevista de 2018, Martín Caparrós definía al fútbol como “el éxito más innecesario de nuestra civilización”, un fenómeno que puede captar la atención de millones de personas al mismo tiempo, pero que, si no hubiese existido nunca nadie se habría dado cuenta. 

Es cierto que el fútbol se erige como una de las más grandes pasiones de la humanidad, pero también es innegable que siempre será el espectáculo de 22 seres humanos, con una pelota en discordia, luchando por ganar.

Cada quien tiene su propio concepto sobre el ‘Deporte Rey’, para mí siempre fue una suerte de escape a una realidad que muchas veces se presentaba indigerible, hostil y deprimente. El fútbol, con toda su majestuosa banalidad, ejercía la función de un bálsamo de purificación, una vida paralela, que si bien no reparaba el mundo, al menos le otorgaba un poco de belleza a su inexorable decadencia.

Y es que el detalle del fútbol está en que sus dominios alternos coquetean de manera permanente con esa realidad de la que pretendemos huir. La humanidad trasladaba sus conflictos a un campo de juego y así surgen escenarios como el ‘Clásico del Pacífico’ o la victoria redentora de Argentina sobre Inglaterra en el Mundial del 86. Es así que ese escape que el fútbol concedía no era más que un cambio de escenario, un lugar donde las diferencias se resolvían jugando.

Hoy, dentro de esa línea de acción, el Perú escribe significativo párrafo en su historia futbolera. Se juega un Alianza Lima y Universitario fútbol femenino en el primer escenario deportivo de nuestro país. La importancia del acontecimiento no radica en que la ‘U’ y Alianza sean los protagonistas. 

La relevancia del partido radica en que, tantos años después, el fútbol femenino se terminó imponiendo y este clásico es un grito de victoria para ellas, un merecido triunfo, una fiesta por la que esperaron tanto y que hoy tenemos la dicha de disfrutar.

Nuestro país, y la región en general, vive momentos duros y decisivos, y el fútbol continúa siendo esa complejidad divina que nos permite mirar hacia otro lado, aunque sea durante algunos minutos. 

Muchos tendrán anticuerpos o discrepancias con el fútbol practicado por mujeres, pero si hay algo que no se puede cuestionar es que, al menos por ahora, ese fútbol está lejos de ser la monstruosa maquinaria de millones de euros en la que el “fútbol convencional” se transforma año tras año. Las mujeres preservan hoy esa pureza que tanto bien le hace a este deporte, ese corazón, esa entrega y eso ya es bastante motivo para disfrutar de esta fiesta.

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