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A Christian Cueva siempre le gustaron los abrazos y nunca olvidó dar las gracias. Hace 13 años, cuando aún era menor de edad, ‘Aladino’ anotaba su primer gol como profesional en Huaraz, ante Sport Ancash. En medio de la celebración buscó al entonces técnico de la San Martín, Víctor Rivera, y lo abrazó por más de diez segundos. Lo mismo pasó el martes con Ricardo Gareca, en el estadio Olímpico de Caracas. Ambos entrenadores entendieron cómo guiar los mejores pasos del ‘8′ de la selección peruana. Para que Cueva pueda gobernar con su juego, primero tiene que haber una cuestión de confianza.