En la magnífica e histórica ciudad de Catacaos, Piura, Sebastián Ortiz vivió los primeros años de su vida con una pelota amarrada a sus botines. En el norte del Perú, dio sus primeras muestras de amor incondicional al fútbol. Pero todo cambió rotundamente para él hace tres años. Se vio obligado a trasladar su talento a miles de kilómetros de distancia hasta Oporto. En medio de la incertidumbre que ello genera, a ‘Sebas’ no le costó encontrar un nuevo equipo en Portugal. Su gran capacidad y perspicacia con la pelota le abrieron las puertas de la cantera del Pacos de Ferreira, donde se ha consolidado y se mantiene a la espera uno de los llamados más importante de su carrera: el de la selección peruana sub-20.
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