28/03/2024

Luis Advíncula: los golpes y sacrificios de uno de los héroes de esta generación que nos invitó a soñar [VIDEO]

Miercoles 15 de Junio del 2022

Un penal fallado no borrará la historia de Advíncula, el lateral que tenía que trabajar como ayudante de albañilería cuando era juvenil para pagarse sus pasajes e ir a entrenar. Conoce su historia en la siguiente nota a través de los ojos del técnico que lo llevó a la selección peruana.

Intentó cubrir sus lágrimas con la camiseta rojiblanca, pero no pudo ocultar su dolor. Cuando el estrafalario arquero australiano Andrew Redmayne atajó el disparo de Alex Valera, Luis Advíncula (El Carmen, Chincha, 1990) cayó derrumbado en el césped y junto a él, todos los peruanos frente a un televisor. Perú quedó fuera del Mundial por penales ante Australia y ‘Lucho’, que había fallado su remate, se sentía el gran responsable. No le alcanzó las fuerzas para levantarse del verde césped del estadio Al Rayyan de Qatar. Quería quedarse ahí. Ya después, quizás aún con gotas de lamento y culpa recorriendo sus mejillas, posteó un mensaje en Instagram que sorprendió a todos.

LEE: ¿Qué edades tendrán los actuales convocados para el siguiente proceso y quiénes son su recambio?

“Primero pido perdón a mi familia y amigos por el dolor que causé a todo el Perú. Soy el único responsable de esta debacle y no me alcanzará la vida para pedir disculpas. Yo hoy hasta aquí llegué, doy un paso al costado de la selección. No creo que tenga fuerzas para levantarme de esto. A mis compañeros, muchas gracias por todo y perdón por tan poco”, escribió.

Consciente de llevar más de cien partidos con la selección sobre sus espaldas -106 desde su debut en un amistoso ante Canadá en 2011-, Luis puso el pecho a las balas. Puso el pecho y todo su cuerpo para proteger a Valera para que su promisoria carrera no se vea empañada por un penal errado. ‘Lucho’ es compañero y amigo. Fue capitán alguna vez; líder, siempre.

Renunció a la selección y luego borró su mensaje. Una acción que demuestra lo que es: un ser transparente. Porque si está feliz es capaz de bailar en el medio del campo o “hacerle el amor” a una Copa ganada. Y si está triste no puede evitar dejarse caer en el suelo y llorar desconsoladamente como un niño que necesita el abrazo de sus padres.

Lo que ocurrió la tarde del lunes 13 de junio de 2022 no se nos borrará nunca. Así como tampoco olvidaremos a quién abrazamos de felicidad el 15 de noviembre de 2017, el día que cortamos 36 años sin ir al Mundial. Y Advíncula, en estos momentos en los que seguramente debe estar cuestionándose absolutamente todo, jamás deberá olvidar todo lo que hizo para llegar hasta donde está.

Ver noticia en El Comercio: DT

Temas Relacionados: