Todo el fútbol de Universitario de Deportes pasaba por él. Roberto Martínez ponía el ritmo, sabía cuándo hacer la pausa, en otras palabras, era el cerebro del equipo. Fuera del verde también era ingenioso, pero si se trataba de enamorar a la chica de moda se volvía un ‘demonio’ y ser capitán de un equipo grande del fútbol peruano le daba un plus y él lo aprovechaba muy bien.
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Los que conocen desde juvenil al ex volante, dicen que siempre fue directo con las féminas y no paraba hasta conquistarlas cueste lo cueste. Roberto tenía sus métodos para impresionar, unos días se aparecía en un carro último modelo, otros en una moto y alguna vez con regalos costosos. “Cuando alguien se le metía en la cabeza no paraba hasta salir con ella”, recuerda un compañero de aventuras.
Pero ojo, el capitán no siempre ganó, alguna vez ‘al cazador se le escapa la paloma’. Corrían los años 90 y una voluptuosa vedette llenaba las páginas de los periódicos, era la más deseada y el volante le apuntó la placa en una. En poco tiempo consiguió el teléfono y la invitó a salir, sin embargo siempre encontró un no como respuesta. El capitán no se rindió y entendió que la estrategia tenía que ser mas creativa.
Roberto Matínez pide yeso y muletas al doctor de la ‘U’
Un día terminó el entrenamiento y le pidió al médico del club que lo enyese de una pierna. “¿Cómo te voy a enyesar, si no tienes nada? “, respondió el galeno. “Usted haga lo suyo ‘doc’ no es nada malo, mañana me lo saco y entreno sin problemas. Más bien también déjeme unas muletas que las voy a necesitar” respondió el jugador.
El mediocampista cogió su celular, llamó a la bailarina y fue directo a ablandarle el corazón: “Me lesioné en el partido de práctica, tengo que reposar por lo menos tres días y me enyesaron, podría quedarme en tu casa y me ayudas con el tratamiento o vienes a verme, estoy deprimido, apóyame” soltó el futbolista.
La chica dudó en un principio, pero al final aceptó y le dijo que lo esperaba por la noche en su casa. El creativo se apareció a la hora acordada en muletas, con un amigo que lo ayudó a instalarse, y creyó que el plan había dado sus frutos cuando la anfitriona le dijo: “Acomódate en la sala, voy a salir a comprar algo para comer vuelvo rápido”. El mediocampista sonrió y pensó: “hoy campeono”.
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Pasaron unos minutos y la vedette se apareció en el departamento y sorprendió a su huésped. “Vine con una persona que nos va a ayudar en el tratamiento”, comentó la dueña de casa. El mediocampista creyó que era una amiga, pero se quedó sin palabras cuando la dueña de casa le dijo: “Te presento a mi enamorado que es médico, él te cuidará bien mientras yo salgo”. Al futbolista no le quedó otra que contarle al doctor cómo se había lesionado. El símbolo crema pasó la noche en el ‘depa’ y por la mañana se fue a casa derrotado. Dicen que con el tiempo la chica terminó cayendo en sus redes, no se sabe que estrategia utilizó, pero esa vez del yeso, perdió y el plan falló.
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