ANÁLISIS: Las reformas del fútbol peruano en debate: posturas sobre los cambios anunciados por la FPF
—¿Los días previos a un partido tan importante como la primera semifinal de la Copa Sudamericana se vive o se sufre?
A veces es incómodo porque el futbolista, más allá de tener toda la intención de concentrarse en el presente, siempre está en su inconsciente que en unos días jugará la llave más importante en la historia del club. Eso hace que en los partidos, como el último ante San Martín, salgan un poquito desconcentrados, relajados, pensando en no exigirse al máximo para estar bien en el partido de semifinal. Es difícil mantener el equilibrio, por eso para nosotros son muy valorables los resultados que logramos antes o después de esos partidos importantes porque desde lo emocional no se está al cien por ciento.
—¿Y ustedes, como cuerpo técnico, cómo lo viven?
Hemos mirado bastante sobre Independiente del Valle (el rival), pero recién a partir del último domingo nos pusimos a trabajar en específico. Sabemos que es una semifinal y va a ser una llave muy disputada, pero tenemos que entregar lo mejor de nosotros si queremos pasar a la final.
—Ya le tocó enfrentar a Independiente del Valle como técnico de Colón de Argentina: 2019, final de Sudamericana, derrota. ¿Lo toma como una revancha?
Muchas veces el fútbol te posiciona en momentos en los cuales tienes la chance de mostrar si has aprendido, si has crecido. Por eso lo veo como una gran oportunidad, un privilegio de poder estar entre los cuatro mejores del torneo con Melgar, teniendo en cuenta que un equipo peruano no está en estas instancias muy seguido. De hecho, el último campeón fue Cienciano y ya van a pasar 20 años.
—Los caprichos de la vida le pusieron enfrente justo el rival que le tocó en esa final…
Sí, pero es una circunstancia. Hoy estoy con otro equipo y ellos también. Tienen algunos integrantes del equipo que fue campeón, pero no hay mucho. Son dos momentos distintos, y para mí, como entrenador, también lo es.
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