OPINIÓN: Carlos Zambrano: el sueño empezó en un mercado de Gambetta y lo que significa llegar a Alianza Lima
—Te retiraste en 2014. ¿Qué ha sido de tu vida en estos años?
Me metí en el rubro de la inversión. Al principio no estuve ligado al fútbol quizá por el desgaste que tuve de tantos años ahí, pero luego todo me iba acercando al fútbol: las entrevistas, las invitaciones a partidos de exhibición, el propio entorno.
—Estudiaste una maestría en Gestión Deportiva. ¿Nunca llegaste a ejercer?
Lo hice cuando era futbolista, pero no se dio la oportunidad de entrar a alguna institución. Ahora estamos con el Centro de Entrenamiento que tenemos con mis hermanos, que está en Chorrillos, en el Complejo Deportivo Depor3, cerca a Plaza Lima Sur. Ahí entrenamos a chicos que sueñan con ser futbolistas, pero también a adultos que buscan estar bien físicamente y les gusta.
—¿Es cierto que estuviste cerca de trabajar en Alianza Lima al lado de Guillermo Salas?
Antes de que sea técnico del primer equipo, cuando estaba al mando de la Reserva, me quiso llevar. Hablamos un par de veces. Pero no se dio. Sinceramente no sé por qué no se dio. Tenía mucha ilusión.
—Probablemente haya sido decisión del club…
Sí, creo que fue decisión de las personas que manejaban el club en ese momento. Yo había conversado con Chicho, me había dicho qué necesitaba de mí, pero al final no llegué. De todos modos siempre le deseo lo mejor a él, a Alianza. Con él siempre hablo y ojalá le siga yendo bien.
—La historia de Salas con Alianza ha sido increíble, ¿no? Agarró el equipo en un momento complicado y lo sacó campeón…
Sí, sin dudas. Me siento feliz por él, por cómo se le dio la oportunidad. Él está en Alianza hace años, trabajando en menores, Reserva y ahora tiene la chance de demostrar su capacidad en el primer equipo. Supo esperar y una emergencia lo puso ahí.
—En 2020 dirigió un partido, lo ganó y luego entró Ahmed en su lugar. Fue raro ese cambio…
Yo no entiendo qué pasó. Le dieron el equipo, ganó su partido y debió seguir. Pero son decisiones que se tomaron en ese momento. Siempre he creído que en Alianza Lima tiene que haber gente muy identificada con la institución, tanto en el primer equipo como en menores, para que enseñe verdaderamente lo que significa Alianza porque no es fácil ser de Alianza, algunos no llegan a consagrarse por toda la presión que existe alrededor.
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—¿Chicho Salas era un líder en el vestuario aliancista cuando era futbolista?
Él era chacotero. Pero el haber sido futbolista, haber estado y campeonado con Alianza, además de su carácter, hace que entienda al futbolista, que sepa manejar el vestuario pese a que no es fácil por la presión de los resultados. Pero él tiene espalda para hacerlo, tiene personalidad.
—Su manera de vivir los partidos al límite también lo ayuda, ¿no?
En ese aspecto se parece a Gustavo Costas, un técnico que lo tuvimos en 2003. Gustavo es un entrenador que se apasiona en cada partido y Chicho es igual. Me acuerdo de algunos goles en los que Chicho sale corriendo de su zona técnica y va a abrazar a los jugadores. Esa pasión la transmite y más porque es aliancista.
—El último sábado fue la Tarde Blanquiazul. Alianza presentó a su plantel 2023. ¿Te ilusiona?
Por lo visto en el primer tiempo ante Junior, sí. Pero recién es el inicio. Alianza hizo buenas contrataciones, armó un gran plantel, ilusiona con el tricampeonato, pero lo que el hincha quiere es competir en la Libertadores. Eso es lo que pide el hincha y los jugadores también creo que buscan eso.
—Para muchos, Carlos Zambrano es el jale del año. ¿También lo ves así? ¿Qué le puede aportar el central a este Alianza?
Carlos le va a dar solidez defensiva muy importante. Viene de ser campeón en Argentina jugando con Boca Juniors, tampoco es que venga de cualquier equipo. Viene muy bien. Es seleccionado nacional. Sin duda, su llegada dará jerarquía.
—Por nombre y lo que significa su llegada, ¿crees que a Zambrano no le van a perdonar un solo error?
En Alianza siempre habrá exigencia, más aún si eres un jugador de selección. Pero creo que con 33 años tiene la madurez suficiente y la jerarquía para ser un líder positivo. Lo bueno es que él quiso estar en Alianza, lo deseó y no fue su última opción.
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—¿Quién te sorprendió más de la presentación?
Bryan Reyna. Yo decía que era un jugador para Alianza Lima porque en su ADN está el desequilibrio y ser encarador. Ya lo demostró en Cantolao el año pasado y en la primera que tuvo ante Junior, encaró. Ese es un mensaje. No le pesa jugar en el club. Solo le falta finalizar mejor, pero los partidos harán que corrija eso.
—¿Es el mejor plantel aliancista que recuerdes?
De los últimos años, sí. No hubo otro que haya generado tanta expectativa como este. Me hace recordar al plantel del Centenario con el que hicimos historia. Después, uno que no generó mucha expectativa, pero que quedó demostrado que salíamos a competir, fue el de 2010, la de la Libertadores.
—Hablar de ese plantel del Centenario… son palabras mayores.
Claro. Llegó Ciurlizza, Eduardo Esidio, Palinha y en el plantel estábamos con Chicho, Waldir. Además, el técnico era Paulo Autori. A ese equipo le pusieron ‘Dream Team’. Salimos campeones del Apertura, en el Clausura nos fue mal, pero al final salimos campeones nacionales y entramos en la historia de Alianza.
—Y de ese equipo del 2010 que llegó hasta octavos de final de la Libertadores, ¿cuál fue el secreto?
Hicimos una buena pretemporada en Argentina. Ahí consolidamos el grupo, la idea. Nos dimos cuenta que teníamos con qué salir a competir sin tenerle miedo a nadie. Le ganamos a Estudiantes 4-1, también en La Paz. Éramos un equipo muy solidario, que corría y metía en todas, pero que también jugaba muy bien al fútbol.
—¿Sientes que este año, Alianza no solo está obligado a campeonar y competir en la Libertadores, sino que se le exigirá incluso ganar todos los partidos?
Todo jugador que llega a Alianza tiene que pensar en salir campeón. Hoy, el equipo tiene un plantel numeroso y rico en calidad de jugadores, y se les va a exigir más. Pero en el fútbol puedes ganar, perder o empatar. Está permitido. Lo que sí se pedirá es competir, buscar el resultado.
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—¿Te ves reflejado en algún jugador del actual plantel?
Me han dicho que Jairo Concha a veces tiene cosas mías, ja ja ja. Es lo que me dice la gente. Yo veo que Jairo tiene un buen remate y buen manejo de balón. Ahora está jugando más retrasado, casi en primera línea al lado de Ballón, y tiene más panorama de juego. Siento que este año se va a arropar de mejores jugadores y va a sobresalir, ser protagonista. Pero dependerá de él también, que quiera agarrar la pelota, ser el generador de fútbol de Alianza.
—De momento empezó bien: recibió la ‘10′ de Farfán con toda la responsabilidad que eso conlleva.
Claro. Eso ya es personalidad. Demuestra que quiere ser protagonista en Alianza y es bueno. Este debe ser su año.
—Increíblemente el plantel de Alianza aún no está cerrado. Hay chance de que llegue Christian Cueva. ¿Lo necesita el equipo?
Claro que sí. Ojalá se dé. Christian tiene unos temas que resolver aún, pero ojalá llegue porque va a repotenciar el equipo.
—Se habla de competir en la Libertadores. ¿Qué significaría para Alianza competir: acabar con la racha o pasar a octavos?
Eso también me gustaría a mí, que Alianza salga a competir. Puede ganar, perder o empatar, pero compitiendo te acerca más a lo primero. Y con esto me refiero a buscar el partido, a ser protagonista. Si sale a especular, te meten un gol y te quedas sin respuesta.
—Es increíble cómo Alianza lleva una mochila de 29 partidos sin ganar en la Libertadores…
Justo mi hijo me dijo sobre eso. “Papá son más de 20 partidos que Alianza no gana, la última vez que ganaron estuviste jugando”, me dijo. Es increíble, pero ya está. Este grupo debe pensar en hacer su historia, no cargar con lo que ha pasado, con esa presión. Confío en que así será este 2023.