El rostro de Aldair Rodríguez tras anotar el 2-0 de Alianza Lima sobre César Vallejo describe muchas cosas: satisfacción, felicidad y agradecimiento. Tiene la mirada de alguien que sabe que no ha sido fácil conseguir la aceptación de la hinchada y que, dentro de un plantel tan amplio, ha tenido que trabajar el doble para festejar como lo hizo la noche del último jueves en Matute. Fue su segundo gol en lo que va de la temporada y el sexto oficial como ‘blanquiazul’, lo cual nos habla de que es un delantero de momentos y no de registros. Guillermo Salas lo sabe más que nadie. Por eso, aunque para muchos no sea titular, en la cabeza del director técnico ‘íntimo’ es un indiscutible.
¿Pero en qué momento esto cambió? ¿Cómo Aldair Rodríguez pasó de ser una alternativa entre muchas, a ser la primera pieza de recambio en la cabeza de ‘Chicho’? Todo pasó tan rápido que quizás nadie se dio cuenta, pero su trabajo hizo lo suyo. Y quién mejor que Salas para saber la verdadera medida de su esfuerzo.
El delantero de 28 años tuvo su primer partido en esta temporada ante Sport Boys, ingresando en la etapa complementaria por Bryan Reyna cuando el partido ya estaba resuelto. Lo mismo pasó en Cajamarca frente a UTC y ante Cienciano, en Matute. El mensaje era claro: su rol sería secundario, para darle descanso a los titulares y refrescar la ofensiva si así lo requeriría el encuentro.
Sin embargo, el panorama cambió de manera inesperada en menos de un mes: Gino Peruzzi, Edinson Chávez y Carlos Montoya, futbolistas utilizados por Guillermo Salas como laterales por derecha, se lesionaron de manera consecutiva. El infortunio golpeó a Alianza Lima y ‘Chicho’ encontró en Aldair la respuesta a sus dudas, especialmente porque se avecinaban partidos muy desgastantes por la Liga 1 y la Copa Libertadores.
Aldair levantó la mano
El único partido completo que Aldair Rodríguez jugó como lateral derecho en Alianza Lima, fue en la victoria por 2-0 sobre la Academia Cantolao. Aquel 15 de abril pasaron dos cosas: primero, ‘Aldinho’ –como le dicen algunos de sus compañeros– cumplió en su inédita posición, dejándole un potente mensaje a Salas; segundo, Gabriel Costa se lesionó y quedó en duda para el próximo duelo ante Libertad.
Durante los siguientes días se especuló mucho sobre cuál sería la variante que aplicaría ‘Chicho’ para suplir la ausencia de ‘Gabi’. Se habló de la inclusión de Christian Cueva, Jairo Concha, Pablo Lavandeira o la posibilidad de una alineación con dos centrodelanteros, con Hernán Barcos y Pablo Sabbag. Sin embargo, para sorpresa de todos, Aldair recibió el respaldo y jugó en Asunción.
¿Cómo respondió? Generó dos goles –uno fue anulado por una aparente falta previa de Pablo Míguez– y asistió a Sabbag para el 2-0 en el estadio Defensores del Chaco. Aldair fue la figura inesperada en un contexto de urgencia, cuando Alianza Lima tenía bajas y requería de que su plantel respondiera en el campo. “Había que cambiar el chip, en cada partido que nos toque, salir a competir y creo que hoy lo hicimos de gran manera. Este es el esfuerzo que se hizo en la pretemporada, para esto trabajamos”, declaró tras el histórico triunfo que cortó la negativa racha de Alianza Lima de 30 partidos sin ganar en la Copa Libertadores.
Eso no fue todo. Salas continuó respaldándolo en los siguientes encuentros, alineándolo ante Unión Comercio en Tarapoto y frente a Atlético Mineiro en Belo Horizonte. En la selva volvió a destacar por su recorrido y constante participación en las jugadas de peligro, siendo clave para el 2-1 que anotó Hernán Barcos tras pase de Gino Peruzzi. La ecuación era simple: Aldair se acostumbró a aparecer en la foto de los goles.
Aunque el resultado en Brasil no fue el mismo que en Paraguay, el rendimiento colectivo no respaldó a ninguna de las individualidades y Aldair no lució ni con su acostumbrado empuje. No obstante, en pocas semanas ya había demostrado que Salas tuvo razón en confiar en él, a pesar de que los fríos números no estuvieran de su lado.
Ese respaldo se vio nuevamente ante los ‘Poetas’. Con el partido abierto y la posibilidad de ampliar el marcador, el entrenador ‘blanquiazul’ se la jugó por él en lugar de, por ejemplo, meter a Sabbag para liberar más a Barcos. Así, pues, solo pasaron dos minutos para que, con un zapatazo inatajable para Carlos Grados, volviera a levantar la mano para sentenciar un compromiso que desde el primer minuto fue complicado.
Lo que ha pasado con Aldair Rodríguez durante estas semanas ha sido el fiel reflejo de que Alianza Lima, además de haber conformado un equipo sólido –que todavía tiene mucho por trabajar–, tiene un plantel con herramientas que saben rendir a la medida de las exigencias. Nadie se esconde y dice “yo no puedo”. Levantan la mano como el ‘22’ que casi siempre rinde para 10 puntos. La temporada será larga y Salas lo sabe: es mejor tener un grupo con los roles bien definidos y que cada uno comprenda su importancia para el bien del equipo, que una oncena donde la mayoría se sienta inamovible y termine desgastándose con el pasar de los meses.
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