La manera de sentarse de cada persona siempre es particular porque somos seres diferentes que tienen diversas formas de expresarse. Ante ello, tenemos una de las más populares posturas al tomar asiento, y es la de las piernas cruzadas.
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Comúnmente nos sentamos así para poder tener algo en qué sentirnos apoyados, ya que, una postura erguida durante un periodo prolongado de tiempo y sin algo que logre sostenerte, puede ser difícil. A continuación te contamos todas las desventajas que trae esto. ¿Quieres saberlo? Te sorprenderá enterarte de la tremenda curiosidad que rodea la afirmación.
¿Por qué es malo sentarte con las piernas cruzadas?
Si es que la acción se realiza muy seguido, entonces podría llegar a ser desfavorable. Sin embargo, de igual manera, los estudios muestran que sentarse con las piernas cruzadas puede acentuar la desalineación de la cadera, de manera que un lado quede más alto que el otro.
Por otro lado, altera la velocidad a la que la sangre circula por los vasos sanguíneos de las extremidades inferiores, lo cual podría aumentar el riesgo de formación de coágulos en algún momento y sin que te des cuenta.
Como resultado de la posición que adopta la cadera, se genera un gran aumento de la rotación de la columna vertebral, y se modifican la longitud y la fuerza de los músculos de la espalda y pelvis, haciendo así que sientas incomodidad y hasta desencadenar un dolor más grande.
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