Juan Reynoso ha convocado a Joao Grimaldo (20), Piero Quispe (22) y Bryan Reyna (24), Cristal, la ‘U’ y Alianza, tres futbolistas que renuevan esa nostalgia –un poco por su juego y su audacia, a toda velocidad, otro poco porque representan algo parecido a un recambio– y que le dan a la selección nacional, a poco más de una semana de su debut en unas nuevas Eliminatorias, la oportunidad de creer en refuerzos distintos de un plantel cansado tras ocho años juntos, que se juega los últimos fogonazos frente a una clasificación. De todos estos, jóvenes que no superan los 24 años – no les digamos promesas, que ya no lo son–, el futbolista que cumple con todos los requisitos de un seleccionado adulto, bajo los estándares más élite, es Joao Grimaldo. Elegido por los periodistas de DT como el mejor elemento joven peruano de la Liga 1 Betsson –promedio 7 puntos en sus 25 partidos 2023–, tiene tres argumentos indiscutibles: 1) Su técnica en velocidad, por encima del promedio. 2) Su agresividad para haberlo hecho en el Héroes de San Ramón, pero también ante Fluminense o River. 3) Su nueva cuota de gol –6 en el año–, que ya superó a lo que hizo la temporada pasada. Más parecido a Manco que a Jefferson, es decir, más gambeteador que tren, su techo es altísimo. Alternativa es: pienso en un partido cerrado en el que entra Grimaldo y algún problema detona.
Con Quispe hay ilusión y con Reyna, pistas. En el caso de Piero, el muchacho del Óvalo Naranjal que se hizo en la Academia de Chumpi, tiene enfrente un espejo para todo lo bueno, para todo lo malo: Christian Cueva, nada menos.
Lo del aliancista está probado –es el goleador del ciclo Reynoso con 2– y frente a Carrillo o Flores, los extremos de los últimos procesos, parte casi en igualdad de condiciones. La lesión muscular me obliga a dudar, pero kilo por kilo está en posibilidades reales de competir por un puesto. De hecho, el objetivo de esta primera semana de entrenamientos en Videna es testear cómo está y si puede ser extremo por izquierda. Hay, sin embargo, algo que potencia los argumentos futbolísticos para ganar un lugar entre los once frente a Paraguay en Asunción. Primero, la notable relación que tiene con el grupo desde su primera convocatoria, reflejada en una foto que cruzó el océano tras el amistoso contra Corea del Sur, en junio pasado: Oreja Flores, Paolo Guerrero y Pedro Aquino, tres mundialistas, celebrando con él su segundo tanto con selección, y señalándolo con rabia y euforia. Luego, el vínculo que ha formado con Christian Cueva, el futbolista bandera del ciclo Gareca, que hace exactamente ocho años vivió algo parecido a lo que el toca vivir ahora al muchacho del Callao: ultraatención de parte de los medios, análisis de cada movimiento en el campo, e incluso fuera de él: hace poco tuvo un incidente violento con unos paparazzis que los persiguieron desde el aeropuerto, en el que estuvo involucrado incluso su papá. Fuentes a las que tuve acceso para escribir esta nota me explican que Cueva fue uno de los que más le habló tras lo ocurrido, en un entrenamiento en Matute. Si para algo sirven los errores cometidos, es precisamente para esto: para evitar que otro los padezca.
De hecho, luego de la gira asiática, Reyna explicó en detalle cómo es su relación con el 10 de la selección: “Lo fui a buscar al ‘Cholo’ (en la celebración) porque desde que lo conozco me ha apoyado, igual que Zambrano también me ha apoyado. Uno siempre tiene que aprender de jugadores de gran nivel como los que hay en la selección. Ellos siempre me aconsejan”.
Se le abren desde el próximo 7 dos puertas a Bryan Reyna, el peruano que ya fue cotizado en US$ 1.4 millones por Gremio de Brasil. Son igual de seductoras las dos, solo que en una hay plata y en la otra, gloria.
Cómo no somos una industria, y menos sobran piedras que esconden un crack, la suma de estos tres atacantes, Quispe, Grimaldo y Reyna, hechos en la Liga 1, es una buena noticia. El próximo 7 no importa la edad ni la experiencia, sino el gol.