Una de las broncas que marcó la participación de México en la Copa Libertadores fue la que se desató en la edición del 2004 en la cancha del estadio Azteca, cuando América recibió al Sao Caetano en Cuartos de Final.
Aquella noche, las Águilas empataron 1-1, pero el global 2-3 eliminó a los azulcremas del certamen, y hoy, a 19 años de aquel suceso, el ex delantero de América recordó cómo inició la trifulca, dejando en claro que Cuauhtémoc Blanco no fue el iniciador de la camorra.
“Todos culparon a Cuauhtémoc en esa riña. Jugamos en el 2002 cuando fui de refuerzo, nos tocó Sao Caetano y ahí íbamos fijos para campeonar y por desgracia se viene el receso por el Mundial y paró un mes la Copa Libertadores, eso nos cortó la racha y nos eliminan en semifinal”, indicó Navia, quien hizo una pausa para acomodar sus ideas y proseguir:
“Para el 2004 nos tocó Sao Caetano en el Grupo y luego en Cuartos de Final, así que ya traíamos pique. En Brasil no nos trataron muy bien y venía ya una riña; aparte Cuauhtémoc sabía cómo calentarlos. En Brasil se armó una bronca pequeña, pero cuando vienen acá se burlan, eso fue lo que detonó todo”, exclamó Reynaldo, quien llegó un momento que se quedó paralizado al ver lo que sucedió en aquel intercambio de golpes:
“Al arquero lo había enfrentado en selecciones menores, así que entre la burla y la calentura al terminar el partido corrí a encararlo y cuando le voy a meter un empujón, apareció Chuy Mendoza con una patada voladora y le pega, me quedé impactado. Luego apareció Cuauhtémoc y le mete un puñetazo a otro, luego el kinesiólogo golpeándolos con el spray, y ya la gente se volvió loca, empezaron a volar las carretillas. Se estaban peleando en la bajada del túnel y los brasileño se van del otro lado, pero cuando vieron a la hinchada que venía y corrieron; había brasileños que se brincaban y la bajada de la escalera es alta, si no lo hacían los linchaban. Creo que un jugador brasileño terminó con un clavo en la cabeza, eso que sucedió fue algo que es difícil olvidar”, indicó en entrevista en el podcast del periodista David Medrano.
AVV