Experiencia, docencia y más: ¿por qué Fossati es el DT ideal para dirigir a Perú?

Bajo esa premisa, se podría que en el panorama actual el perfil de Fossati es lo más similar al que tiene Ricardo Gareca. Seamos claros: no son lo mismo; pero guardan cualidades y coincidencias que encajan en lo ya conocido. Por ejemplo, el poder de convencimiento. “En la primera charla que tuve con el plantel (de Universitario) cuando recién llegamos, les dije a los jugadores: ‘Tengo cara de boludo, pero no lo soy. Yo estoy aquí porque creo en ustedes’”, contó el charrúa en una entrevista con ‘Nativa’. Y lo que se mostró en la cancha contrasta con sus palabras: Él creyó en sus jugadores y viceversa. Armó un equipo fuerte desde la parte mental, convencido de sus fortalezas y ‘enamorado’ de lo que su técnico quería.

Fossati sacó lo mejor de algunos futbolistas que no rendían con el anterior entrenador. Los motivó, los potenció, los hizo mejores. Y aplicó su idea de juego, con un sistema que manejaba a la perfección y fue acoplando en el camino. La recompensa fue el título de la Liga 1, pero lo que hizo en ese trayecto se valora más. Transformó un plantel en un equipo. Hizo mucho con poco y eso dio sus frutos. Porque cuando uno hace las cosas bien, lo demás cae por su propio peso. Y quizá la prueba máxima de convertir la carencia en éxito fue la obtención de la Copa Sudamericana 2009 con LDU de Quito, un equipo que fue de menos a más en el torneo y tocó la gloria con Fossati a la cabeza.

Por último, la experiencia también pesa. Enseñar con el ejemplo es un recurso que sirve y gusta, sobre todo en el fútbol peruano. Fossati tiene esa característica: ser un señor con todas sus letras, cuya trayectoria impone respeto y contagia en camerinos. Ya dirigió a Uruguay en las Eliminatorias, sabe cómo se entrena a una selección, conoce de cerca al futbolista peruano y es un técnico que posee una idea clara de juego. No es Gareca, pero sí una persona que se acerca a ese perfil. Y esas cualidades gustan en la FPF. Por eso Juan Carlos Oblitas lo fue a buscar a su país para proponerle el buzo de la selección como una solución al mal momento de la bicolor. Y si Fossati no quisiera saber nada de la selección, hace rato hubiese dado el tema por zanjado.

Lo que queda es esperar el detalle de las conversaciones y luego ver resultados. Fossati tiene la fuerza y la voluntad por asumir el cargo, pero el desafío es enorme. Si bien el uruguayo reúne las características que buscan en un DT, tentar la épica como ocurrió con Gareca camino a Rusia 2018 debería sumarse a esa lista. Sobre todo porque Perú necesita un mago en una situación difícil como la de ahora. Y allí la apuesta es arriesgada.

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