Desde lo futbolístico, Reynoso no fue capaz de consolidar una idea de juego en la selección. Su equipo tuvo deficiencias para elaborar, remató en pocas ocasiones al arco y careció de inventiva para generar peligro. Eso, sumado a la irregularidad en defensa, hizo de Perú un rival desequilibrado, débil y desordenado. Recibimos ocho goles en seis partidos, solo marcamos uno y somos la segunda selección más goleada del continente después de Bolivia (con 14 tantos en contra). Esos registros pesan y, justamente, serán los que Fossati deberá cambiar para salir del fondo de la tabla. ¿Pero alcanza con lo que tenemos?
En cuanto a futbolistas, se puede concluir que Reynoso deja en Bryan Reyna a un jugador con nivel de selección. El atacante de Alianza Lima creció en su juego desde que el ‘Cabezón’ le dio la oportunidad en la bicolor. Adquirió trascendencia en su equipo y es habitual convocado para las Eliminatorias. Sin embargo, con él solo no es suficiente. Reynoso tuvo poca mano de obra y poco tiempo para trabajar con quienes aparecieron en las últimas jornadas. Piero Quispe, Joao Grimaldo y Franco Zanelatto debutaron con Juan en el timonel y demostraron sus ganas de sobresalir. Cada uno aporta desde su bando, pero es urgente que puedan elevar su nivel. Competir internacionalmente sirve para desarrollarse en beneficio propio y de la bicolor.
Y Fossati también tiene trabajo allí. El uruguayo ya demostró que es capaz de potenciar futbolistas y de sacar lo mejor de cada uno. Su palabra tiene el don del convencimiento, aplicó esa cualidad en Universitario y lo sacó campeón nacional después de 10 años. Y si pudo hacerlo con Quispe, Polo, Corzo, Cabanillas, entre otros más, no se espera menos de él con Zanelatto, Grimaldo y Reyna. El ‘Flaco’ tiene una base para trabajar. Quizá unos con más experiencia que otros, pero es allí hacia donde debe apuntar. Claro está que no puede olvidarse de los más experimentados como Gallese, Tapia, Callens, Aquino, Yotún y Lapadula. Todo suma.
Por otro lado, respecto a lo anímico, es válido preguntarse: ¿cómo hacer que la selección pueda salir del hoyo en el que se encuentra en tan poco tiempo? Los malos resultados producen desconfianza, las críticas generan inseguridad y los cuestionamientos causan rechazo. Reynoso deja un equipo que reacciona a la defensiva, como lo hicieron Guerrero, Advíncula, Peña y otros más contra la prensa. Pero el camino debería ser otro: el de asumir una autocrítica con el fin de mejorar. Por eso, es clave trabajar en la parte mental, en unir a la interna otra vez y sumar a quienes se bajaron del barco hace poco. Cuando eso suceda, los resultados vendrán solos. Fossati sabe cómo se manejan estas situaciones y depende de él generar empatía en lugar de antipatía con los hinchas.
Y lo último es recuperar la identidad. Reynoso deja un equipo mecanizado en su manera de entender del fútbol. Es decir, en cumplir con las indicaciones que el técnico repartía en cada partido sin considerar la libertad de expresión con el balón del futbolista peruano. Pasamos del ‘chocolate’ a la ‘ley del hielo’, cuando históricamente nos caracterizó la buena técnica. Volver a la raíz es parte del camino. Los futbolistas son los mismos que estuvieron en el proceso anterior, solo les hace falta jugar mejor. Y allí estará Fossati para ser ese agente de cambio, ese técnico que les permita reencontrarse en la cancha y hacer lo que mejor saben hacer. No hay misterios ni secretos, pero sí funcionamiento. El uruguayo no es un novato y sabe que esta selección puede jugar mejor.
Recibe nuestro boletín de noticias: te enviaremos el mejor contenido deportivo, como siempre lo hace Depor.