La primera lista de Jorge Fossati dejó más de una sorpresa de cara a los amistosos de la Selección Peruana ante Nicaragua (22 de marzo) y República Dominicana (26). Nombres como los de José Rivera, Diego Romero, Carlos Ascues generaron diferentes reacciones, pero hubo uno que pocos tenían en el radar: el de Erick Noriega. El central de 22 años, que este año fue el líder de la ‘sele’ de Chemo del Solar en el Preolímpico Sub 23, se convirtió en el verdadero ‘tapadito’. De nacer en Japón, sufrir de depresión por no encontrar equipo y ser condicionado de seguir su carrera en Alemania siempre y cuando sea ‘nipón’, el defensor ha vivido un carrusel de emociones a su corta edad, pero hoy la vida le sonríe con el llamado para la ‘Bicolor’.
En estos momentos, la alegría de Noriega no puede compararse con nada previo que haya vivido. Ser convocado a la selección mayor es fruto de su esfuerzo, de no dudar en aceptar el reto de jugar pro Comerciantes Unidos este año, club recién ascendido a la Liga 1, de plantarse como líder de un equipo cuyo la mayoría de integrantes no pasaba los 19 años (en el Preolímpico) y pese a todas las adversidades destacar. Fossati lo vio y le dio la confianza para tener como alternativa en su línea de tres atrás, o como pivote, ya que en Cutervo juega en ambas posiciones.
Números de Erick Noriega este año | Partidos | Minutos | Goles | Asistencias |
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Comerciantes Unidos | 6 | 520′ | - | - |
Nacido en Japón con corazón peruano
Hace 22 años, Erick Noriega nació el 22 de octubre del 2001 en Nagoya, a casi 500 kilómetros de Tokio. De padres peruanos, estuvo en el país nipón hasta el 2006 para luego volver a Perú. Siendo aún un niño, ya daba señales de buen fútbol en las categorías inferiores. Comenzó en las divisiones menores de César Vallejo, pasó por AELU y Alianza Lima se lo llevó donde destacó como capitán de la categoría 2001. Parecía que todo sonreía para el central y su camino como futbolista empezaba a tomar forma. Sin embargo, cuando celebraba la Copa Federación 2016, tuvo que dejar el país y volver a Japón.
La situación coyuntural de su familia obligó a que Erick se fuera del Perú y volviera a Japón. El reto era muy grande, no había estado ahí en 10 años, y no recordaba el idioma, prácticamente debía empezar todo de nuevo. Todo ese cambio brusco generó en él una ansiedad terrible que derivó en que subiera de peso y sufriera de depresión, al no encontrar equipo que lo quisiera. Estuvo casi un año sin club y no veía las horas de volver al Perú. “Le dije varias veces a mi mama que me quiera regresar”, contó en una entrevista para Infobae.
Su mamá lo alentó a seguir, a no rendirse y así llegó la oportunidad del Shimizu S-Pulse. Si bien no llegó a debutar en el primer equipo, su buen rendimiento hizo que la Sub 19 de Japón lo llamara. Erick integró una pre selección y jugó partidos contra Colombia, Bélgica y la selección mayor de Japón. Era una experiencia diferente, pero dentro de sí sabía que ponerse la ‘Blanquirroja’ era otro sentimiento. En 2020, año de la pandemia, Erick se la pasó en cuarentena en la casa hogar del club y cuando el fútbol se reactivó fue cedido al Machida Zelvia de la segunda división de dicho país.
No cambia a Perú por nada
En 2022, Noriega se fue del Shimizu S-Pulse para intentar probar suerte en Europa, recayó en Alemania donde pasó unas pruebas para la Sub 23 del Colonia. Allí, el central llegó a convencer, pero su estadía en el club dependía de que se nacionalice japonés. Una encrucijada que ganó el sentimiento, Erick no quiso renunciar a Perú, no aceptó el trato y buscó otro equipo. Tuvo un breve paso por Straelen de la quinta división ‘teutona’, pero el destino volvió a traerlo a nuestro país.
“Colonia Sub 23 me quería fichar pero tenía que volverme japonés, entonces con mi representante encontramos un equipo de la tercera división con el cual sí llegué a firmar, pero me pidieron la visa. Vine a Perú y me negaron la visa, perdí la oportunidad de estar allá. Comencé a buscar equipo aquí en Perú y encontré la Universidad San Martín”, contó en Infobae. Y es que tras su breve paso por Straelen, el año pasado retornó al país para jugar por la San Martín en la Liga 2.
Con los ‘santos’ fue pieza clave en el esquema de Duilio Cisneros y en menos de seis meses desde su llegada a Santa Anita, fue convocado a los microciclos de la Sub 23. Sus 1.86 metros de estatura llamaron la atención del comando técnico de turno y fue seguido de cerca. “Para mí es un orgulloso inmenso poder representar a mi país. Tuve la oportunidad de volverme japonés, tuve la oportunidad de firmar por un club volviéndome japonés. Mi sueño es jugar por la selección y pude cumplirlo con una Sub 23. Con mis padres, lloramos bastante cuando me dieron esa noticia”, reveló.
El reto de Erick ahora es convencer a Jorge Fossati desde el día 1 en Videna de que está para pelear el puesto en la línea de tres al fondo, o en el mediocampo. De que debe meterse en la consideración final de 25 jugadores (el ‘profe convocó 29, por lo que cuatro no estarán en los amistosos). Tener el sueño de jugar por la selección, ahora por la mayor, no estuvo tan cerca como ahora.
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