Definir al último volante interior
Tras la salida de Piero Quispe al Pumas UNAM, para Bustos ha significado todo un desafío armar su mediocampo bajo el sistema 3-5-2 y reemplazar al volante de 22 años. La ‘U’ renovó con Martín Pérez Guedes y fichó a Jairo Concha y Christofer Gonzales en un intento por mantener el mismo esquema en el mediocampo. Al inicio, probó con Concha y Gonzales como dupla de interiores por delante de Rodrigo Ureña; sin embargo, lo mostrado por ambos no convenció al DT, siendo evidente un bajo rendimiento de ‘Canchita’: no registra remates directos al arco y su promedio por partido es de 43′. Lógicamente, jugar con ese dibujo táctico requiere un proceso de adaptación que cada uno lleva a su manera.
Mientras eso ocurre, Pérez Guedes sacó provecho de la situación. Bustos lo puso de titular y nunca más lo volvió a sacar. El argentino conoce la posición, el funcionamiento y los movimientos que hay que hacer. Sabe desempeñarse con y sin balón, por lo que su presencia en el once inicial es necesaria. En ese sentido, el técnico crema debe decidir si continuar con Concha para completar ese tridente en la zona medular o darle minutos a ‘Canchita’, cuya experiencia siempre suma y le da un golpe de jerarquía al equipo, sobre todo con miras a la Copa Libertadores. Ambos jugadores tienen condiciones para destacar en la ‘U’, pero les hace falta adaptarse a lo que pide el entrenador para potenciar el colectivo del equipo.
Potenciar futbolistas
Las comparaciones son odiosas, pero sirven como punto de referencia para mejorar. El año pasado, cuando Jorge Fossati asumió el mando de la ‘U’, cambió el chip del equipo y potenció a futbolistas como Piero Quispe, quien hasta antes de la llegada del ‘Flaco’ era suplente y no tenía el protagonismo que después asumió a lo largo de la temporada. Bustos, por ejemplo, no solo mantiene el sistema 3-5-2 de su antecesor, también es su responsabilidad sacar lo mejor de sus futbolistas. Y en esa lista hay varios, como Christofer Gonzales, Nelson Cabanillas, Jairo Concha, Diego Dorregaray, Yuriel Celi, Christopher Olivares, entre otros más. El reto es difícil, pero es parte del crecimiento futbolístico de un plantel que tiene la obligación de salir campeón.
Bustos la ha dado oportunidades a casi todos sus jugadores, a excepción del arquero Diego Romero, quien ha sido convocado a la selección peruana para los amistosos contra Nicaragua y República Dominicana. Y cada elemento ha tratado de aprovechar su oportunidad. No obstante, para que un equipo se convierta en un plantel con variantes, alternativas y recambios, es clave uniformizar los niveles de los jugadores. Es decir, que estén listos para asumir un protagonismo mayor en el equipo y respondan a la altura de la exigencia, sea en el torneo local o la Libertadores. Si eso ocurre, Universitario no solo potenciará su juego, también será candidato indiscutible a ser campeón.
Variantes del sistema
Para nadie es un secreto que Bustos heredó un equipo que se conocía en su totalidad. Universitario mantuvo la base del plantel campeón del año pasado y se reforzó con elementos específicos para el sistema 3-5-2. Pero en la práctica, es necesario ensayar variantes en el esquema táctico a fin de resolver situaciones adversas de acuerdo a los partidos. Los rivales saben cómo se para la ‘U’ en el campo, cuáles son sus fortalezas y debilidades, y de qué manera hacerles daño. Cuando equipo es estudiado al detalle, surgen más recursos para neutralizarlo, por lo que es clave tener una ‘plan b’ al respecto. El técnico crema posee jugadores que pueden adaptarse a cualquier posición del campo y ha demostrado que sabe cómo replantear partidos.
Tener alternativas tácticas también le permite rotar a su plantel, que jugadores con menos minutos puedan sumarse al equipo titular y ganar rodaje en la temporada. Bustos es un entrenador que ha jugado con sistemas 4-2-3-1, 4-3-3 y 4-4-2 anteriormente; además, ha dicho que no se encasilla en un solo dibujo táctico, sino que le abre las puertas a cambiar para sacar lo mejor del equipo. Por el momento, Universitario consigue resultados con el 3-5-2, se siente cómodo así y es el que más conoce, aunque siempre hay detalles por corregir. El DT argentino puede aprovechar los partidos de práctica durante el receso para ensayar nuevas estrategias para encarar la recta final del Apertura.
Sostener la solidez en defensa
Todo equipo que es candidato a salir campeón nacional necesita una defensa sólida y cohesionada, como la que posee Universitario. Hasta esta parte del Apertura, los cremas son el equipo que menos goles en contra recibió (apenas dos tantos) y el que más partidos consecutivos pudo mantener su valla invicta (seis encuentros). Eso habla bien de una zaga que se conoce y es efectiva. Corzo, Riveros y Di Benedetto conforman la misma línea de tres del año pasado, solo que, a diferencia del 2023, es un tridente consolidado en defensa. Los tres adaptados al sistema, a los movimientos tácticos y a lo que pide el entrenador. Funcionan como un piloto automático que sostiene el rendimiento de la ‘U’ de atrás hacia adelante.
Ahora bien, mantener ese nivel de rendimiento es el reto de Bustos, sobre todo cuando competirá dos torneos a la vez: la Liga 1 y la Copa Libertadores. En el mejor de los casos, su defensa no sufrirá lesiones y podrá afrontar ambos torneos a la vez: sin embargo, es necesario dosificar energías y realizar variantes con el objetivo de rotar al equipo. Marco Saravia podría tener más chances bajo esa idea. El central merengue está a la espera de sumar minutos y demostrarle al DT que puede pelear un puesto con los otros tres. Eso sí, la competencia es fuerte, ya que Corzo, Riveros y Di Benedetto son jugadores que le dan otro nivel al equipo.
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