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Para el partido en Lima, el ‘Pelado’ hizo varios cambios e incluyó a Martín Dall’Orso, un joven delantero que destacaba por su velocidad, pese a su innegable desorden. El equipo de Lazaroni jugó con el freno de mano y el partido concluyó 1-1 con gol del atacante de Sporting Cristal. La prensa lo erigió como la figura del partido. Un nuevo crack, gritaban los tabloides, había nacido.
El paso de Dall’Orso por la selección fue tan fugaz que seguramente pocos lo recuerden. Ni siquiera aplica a lo que en el mundo de la música se denomina ‘One Hit Wonder’, bandas o solistas que lograron popularidad gracias a un solo éxito en su carrera.
Esta semana, José Rivera pasó por el habitual proceso de strip tease al que hinchas y periodistas solemos someter a esas luces súbitas que nos achinan los ojos entre la oscuridad habitual de nuestro fútbol criollo. Al tarapotino lo hemos llamado genio, crack y goleador. Hemos recordado sus orígenes, hablado de sus lágrimas, padecimientos y alegrías vividas en su tierra cuando solo era un flaquito avispado, de ojillos chispeantes, deseoso de convertirse en futbolista. Se ha dicho que es humilde, reilón y, reproduciendo palabras de Fabián Bustos, una esponjita que absorbe todo. Han comparado su sueldo con el de Valera, dicho que vale más que Dorregaray y que Fossati debe emparejarlo con Lapadula en la Copa América. Decenas de declaraciones de amor fueron tendencia en las redes sociales luego de los dos goles que marcó en la valla de Liga. Nos faltaron los ‘hazme un hijo’ entre algunas tuiteras de ocasión.
El ‘Tunche’ respondió los elogios con una sonrisa y hasta se animó a dejar en offside a Hernán Barcos con una frase acorde a su perfil: le deseó suerte a la blanquiazul ante Fluminense porque “cuando se juega la Libertadores no solo es Alianza o la U, sino que juega todo el Perú, jugamos todos”.
Entre tanta alabanza legítima y merecida, Diego Rebagliati dejó una frase que Rivera y quienes realmente lo quieren no deben olvidar: ahora necesita tener regularidad, confirmar este notable crecimiento en lances tanto o más difíciles, sea con la camiseta de Universitario o de la selección. En suma, que no sea un Dall’Orso, un ‘Churrito’ o un Reimond Manco más, esos que tuvieron el éxito en sus manos y dejaron que se les escurriera embriagados por los cantos de sirena que en estas circunstancias suelen aparecer.
Depende de ti, ‘Tunche’. Es tu oportunidad.