En esta última semana ha quedado demostrado que los arqueros te salvan partidos. Suelen pasar desapercibidos en algunos momentos, pero cuando son exigidos deben responder, es ahí donde tienen que hacerse grandes, ser los héroes sin capa bajo los tres palos. Eso mismo viene haciendo Sebastián Britos. El ‘1′ de Universitario le ahogó el grito de gol a cerca de 40 mil personas en el Metropolitano de Barranquilla al tapar cerca del final un remate de Déiber Caicedo con los pies. Con esa acción que fue a puro reflejo, el charrúa terminó siendo el salvador de una ‘U’ que se trajo un punto valioso de cara a sus aspiraciones en la Copa Libertadores y que sigue peleando muy arriba el Apertura.
Britos lleva 13 partidos (ninguno perdido) con los cremas y ya se ha ganado el respeto del hincha merengue. Estar en una posición tan crucial como bajo los tres palos, siendo extranjero (lo que implica un cupo menos en posición de campo), reemplazando a un referente de la talla de José Carvallo y en el año del centenario de la ‘U’ no es para nada sencilla; no obstante, el ‘Halcón’ ha estado a la altura de las expectativas. El niño de Minas (ciudad de Uruguay) que seguía a todos lados a su papá, arquero que tapaba en ligas regionales, que se puso los guantes a los 12, que miraba por TV a Óscar Córdoba y que en los vestuarios escucha los éxitos de los Red Hot Chili Peppers, es la garantía crema.
Los inicios del ‘Halcón’
Britos siguió los pasos de su padre, quien también fue arquero, aunque este nunca llegó a ser profesional. Su ‘viejo’ atajó en ligas regionales, pero Sebastián de igual forma lo acompañaba a los distintos estadios. Entre esas idas y vueltas en la cancha, la pasión por el fútbol creció y los guantes de guardameta empezaron a gustarle, sobre todo por Óscar Córdoba. El charrúa lo tomó como referente, siguió su carrera en Boca y no se perdía por la TV ningún partido.
Ver sus atajadas, sus saques, su personalidad bajo los tres palos del ‘Xeneize’ de quien fuera en en su momento catalogado como el segundo mejor portero del mundo influyó mucho en Britos. A los 12 se puso los guantes y no se los quitó más. Inició su carrera en Bella Vista de Uruguay en 2010, donde tuvo gran protagonismo la primera temporada. Sus buenas actuaciones hicieron que se fuera a Montevideo Wanderers; sin embargo, solo tapó cuatro veces y se fue a Oriente Petrolero de Bolivia para afrontar su primera experiencia internacional.
Se recompuso en Bolivia (tapó 14 veces) y eso hizo que regresara a su país para atajar en Liverpool. Estuvo allí dos temporadas, pero no le fue bien (solo jugó 10 partidos), tras ello empezó una serie de incursiones por diferentes equipos, pero sin la regularidad esperada. Lejos de venirse abajo, Britos se puso fuerte mentalmente. La carrera del portero nunca es fácil, hay momentos donde te alaban, donde te critican y donde por más ganas que tengas de jugar, no depende de ti, sino del DT. Cada vivencia que le tocó pasar la ‘Halcón’ le sirvió para forjar su carácter.
De jugar segunda a estar sin club seis meses
A Britos le tocó pasar más de un momento malo en su carrera. Con Liverpool, vivió una etapa difícil descendiendo a la segunda división uruguaya en 2014; lejos de irse al año siguiente, el charrúa se ‘bancó' el descenso y fue campeón de la categoría, aunque jugando poco. Eso sí, esa no fue la única vez que su temple y fortaleza se pusieron a prueba: a finales del 2019 e inicios del 2020 jugó el ascenso con Atlante de México. Ya en pandemia, tuvo que volver a Uruguay a jugar otra vez la segunda con Rocha, pero no tuvo participaciones convincentes y para el segundo semestre se fue a otro club de la categoría: Central Español.
Luego de jugar siete partidos con Centra Español, Britos se quedó libre y estuvo sin club por varios meses. Britos, ya con 32 años, nunca contempló el retiro. Esperó paciente que el teléfono sonará y así fue. En junio del 2021, le ofrecieron volver a Liverpool para su revancha y la aceptó sin pensarlo. Sin embargo, su vuelta al inicio no fue la esperada: en el Apertura estuvo 22 partidos en el banquillo. Al año siguiente y luego de la lesión del titular, Sebastián se paró en el arco y no se movió más: conquistó el Apertura 2022 y el Clausura 2023.
Vuelta en ‘U’, liderazgo y más
Su carrera ha dado más de un giro con todo lo que le tocó vivir: jugar segunda división, estar en banca y luego ser vital con su equipo, pero le faltó dar una vuelta en ‘U’. Si bien su travesía en el extranjero no fue del todo destacable, Britos volvió a aceptar una oferta de afuera luego de salir campeón con Liverpool. La llamada de Universitario para que sea el ‘1′ en el año del centenario lo sedujo por completo y fue así que aterrizó en Ate. Con 36 años, Britos ha vivido altibajos y todo eso le ha servido para formar su personalidad, perfeccionar sus virtudes y corregir defectos. Llegó maduro.
En pocos meses, Britos no solo se ha convertido en un líder en la interna crema, también ha servido de consejero para los que están detrás de él, como Diego Romero y Aamet Calderón. Él por muchos años estuvo en la posición de sus compañeros, por lo que siempre los aconseja. Pero la edad no lo hace testarudo, también está atento y abierto a escuchar sugerencias y seguir aprendiendo en el proceso. Será por eso que cada fecha, su nivel no baja, sino crece. Estuvo muy cerca de meterse al top 5 de porteros cremas con más minutos sin recibir un gol en la historia del club, se quedó a 51′ del quinto puesto.
Britos nunca deja de aprender, tampoco de entrenar. Es de los jugadores que no se queda contento con los entrenamientos del día a día y cuando los demás ya se van a las duchas, sigue trabajando diferencia, potenciando sus piernas, perfeccionado su saque y mejorando sus reflejos. Todo eso lo vimos en el Metropolitano de Barranquilla con una reacción casi felina sacando una pelota de Caicedo con los pies.
Nada es casualidad, todo es con trabajo. El ‘Halcón’ tiene una frialdad para tapar en momentos claves como los que vivió la ‘U’ ante Junior, además de tener buen saque y buenos reflejos, los que para algunos fanáticos más antiguos puede hacerles recordar a Óscar Ibáñez. Eso sí, en música, rompe los paradigmas habituales que vive la Liga 1. Mientras el resto está escuchando reguetón o salsa, Britos pone las canciones de los Red Hot Chili Peppers. Al ritmo de ‘Californication’, ‘Can’t Stop’ y demás hits de la banda de rock alternativo, el uruguayo se prepara así antes de cada partido, para salir inspirado y ser -como en la última fecha de la Libertadores y ante Sport Boys- el guardián de los cremas.
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