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Puede que la elección se sustente en la vigencia de un modelo en declive. Frente a la sequía de nuevas figuras y la imposibilidad de forjar con paciencia mejores prototipos, Jorge Fossati se vio obligado a cálculos agresivos para decidir a quién proteger primero: al embrión de desfachatez que supone sea (será) Piero Quispe o a un curtido pasador de pelotas como Sergio Peña.
Este último, acostumbrado a la críticas y a la pila de reproches muchas veces sin razón, puede que resulte más un fusible que una postura por convencimiento. Si de por sí Quispe ya tiene la presión absoluta de asumir las funciones de quien en vida (futbolera) fue Christian Cueva, darle la diez hubiera sido certificar su defunción en el intento de convertirse en el gran protagonista que todos queremos. Es decir, que la mochila mejor la cargue el sobrino de Paolo Guerrero. Alguien que a los diez años aprendió a lidiar con la adversidad gracias a la pelota, cuando debió superar una pleuritis (agua en los pulmones) y días después de padecer internado se fue a jugar un campeonato.
A Peña le toca ser el kamikaze a favor de un fin mayor. Puede que sea una teoría, pero también el plan perfecto.
- Partidos y goles de Peña en la selección peruana
Año | Partidos | Goles |
---|---|---|
2017 | 4 | 0 |
2018 | 5 | 0 |
2020 | 1 | 0 |
2021 | 12 | 3 |
2022 | 7 | 0 |
2023 | 1 | 0 |
2024 | 3 | 1 |
En la cancha Peña puede hacer lo mismo que Quispe, pero no lo hace tanto. El problema para el excapitán de la selección de Daniel Ahmed en los Bolivarianos 2013 se agudiza porque padece de un ingrediente vital para ser postulado a héroe: simpatía con el aficionado. Peña, eso sí, a diferencia del volante de Pumas, tiene remate de larga distancia y un portento físico desarrollado. Aunque como Quispe, tampoco es un asistidor nato.
Pase y desmarque es lo que, a grandes rasgos, el antes mediocampista ofensivo y hoy mediocentro, también puede ofrecerle al esquema de Fossati, además de buena voluntad para la recuperación. El detalle es que en ninguno de los roles con la Blanquirroja despierta ilusión ni asombro, al menos no eventualmente frente a rivales empoderados como los que encontraremos en la Copa América y en las Eliminatorias. Si la idea es que brille, habrá que enlistarnos en la Concacaf. Su presencia con la ‘diez’, es cierto, se argumenta en la mediana experiencia en el puesto y su sólida relación con el grupo.
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