Paco baila, grita, se menea y se pone histriónico como nunca lo vimos en sus tiempos de arquero. Estoy mirando canal 9 a la medianoche y casi no reconozco al niño monosilábico que llegaba al Lolo con guardaespaldas a finales de los años 90. Claro, ha sido muchos Paco Bazán en estos años. Luego de dejar el arco (o que el arco lo deje a él, como dirían sus enemigos), el rubio fue chico reality de Titanes, co-animador de Gisela, actor de miniseries haciendo de Polo Campos y ahora conductor de programas de TV y podcast de redes sociales. En ninguno de esos oficios cargó más crítica que como portero. Su duelo mediático con Jefferson Farfán le ha granjeado no pocos palos a su recuerdo de guardavallas: “El peor arquero peruano”, “el más malo de los malos” y la chapa de “saltapatrás”, una suerte de mote originado por un supuesto arrugue en pleno clásico contra Alianza en el 2009 lo han puesto al centro de la noticia de internet.
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¿Era tan así? En mi recuerdo la carrera de Bazán fue de más a menos. Surgido de Cantolao, su padre Carlos -ex directivo de la FPF- impulsó su carrera desde muy niño, con la misión de convertirlo en un arquerazo exportable y de selección. Su mentor Lucho Bolaños, quien lo tuvo en las selecciones infantiles de la FPF lo define como “valiente, con voz de mando y arrojo”. Era un juvenil prometedor, que arrasó con elogios en el Sudamericano Sub 17 del 97, pero cuyo paso a la Primera División lo mostró irregular y dubitativo. Bolaños acota un defecto: “Se malogró el hombro antes de su debut y esa lesión lo mató”, nos comenta. El propio Erick Delgado, su compañero de fórmula en el podcast añade que Paco transmitía, cuando atajaba, cierta ansiedad “muy” notoria. No había, pues, correspondencia entre el chico que fue elegido el mejor de aquel Sudamericano del 97, cuando tenía 17 años, y cierta impaciencia mal manejada que se le sentía en la Primera División. Era como si no pudiera administrar la expectativa tan grande que desde su familia y desde la prensa había con él.
El periodista Rubén Marrufo creía en su crecimiento y escribió en Deporte Total una nota de 1999 en el que lo describía como “Arquero del tercer milenio”, todo un homenaje a su proyección. “Apenas tres partidos en la Primera División y el nombre de Francisco Bazán Landi despierta comentarios y elogios”, fue lo que contó DT sobre los primeros pasos de Paco en el fútbol peruano”. El periodista pide que se tome nota de que la dolencia fue un condicionante no menor. Bolaños cree que del grupo de aquellos arqueros salidos en los noventa, Paco era de los destacados, por su físico básicamente: “Los tuve con Forsyth y Erick Delgado en el Sudamericano de Punta del Este Sub 17, en el 99, y Paco era mejor”.
Difícil camino profesional
Pasó entre otros, por Aurich, Sullana, Cienciano, el Pontevedra español donde ascendió a segunda y otro club chipriota. Nunca se consolidó en los equipos profesionales, pese a que en la U tuvo varias etapas. El archivo electrónico de El Comercio recuerda dos pedidos de explicaciones a Paco por “abandonos” sospechosos del campo. El primero fue el 2002, ante Cienciano en el Cusco, una U plagada de suplentes estaba siendo goleada por el rojo. El periodista Carlos Univazo, por entonces en El Comercio le hizo la pregunta de si se había borrado cuando acusó lesión y salió cambiado. “Quizá pasó por mi mente, pero entendí que uno nunca puede abandonar el barco. Lo que no acepto es la mala intención. Que te repitan en la televisión imagen tras imagen, error tras error, una y otra vez”, respondió identificando en la prensa a un enemigo.
La otra polémica, la celebre, que recuerda Farfán con sorna, fue en el clásico del 2009 ante Alianza, cuando luego de una estirada se resintió el hombro y pidió su cambio en medio del llanto. En el podcast la Fe de Cuto explicó a detalle lo que pasó ese día, según su versión: “No debí tapar ese día. Atajé la pelota de Montaño, pero quedó el rebote y cuando quise recuperarme para bloquear el remate de Zlatan Fernández, el hombro se me terminó de salir. Nunca me recuperé mentalmente”.
Farfán bautizó al último incidente como un “saltapatrás”, aunque Bazán ataja el palo y repite que siempre, desde el 98, arrastró molestias en un hombro que nunca lo dejaron en paz. El duelo entre el ex Alianza y el ex U no ha tenido trinchera. Y ha atraído todo tipo de seguidores, al punto que el canal del rubio pasó de 20 mil suscriptores a más de 100 mil en solo dos semanas. Todo un show de podcast a podcast, donde Bazán llama “gatotoro” al crack de la selección y este devuelve diciendo que hay arqueros buenos, regulares, malos y....Bazán.
¿Era tan así? Mi respuesta final es que no era tan “malo”. Ni soñar ponerlo en el lote de los excelentes. Y tampoco en el escalón de los Butrón, Delgado o el mismo Miranda. Bazán está el grupo de los arqueros regularones que amagaron ser más de lo que terminaron siendo. En síntesis, Bazán fue un proyecto fallido, que el fútbol, desde su generosidad, ha cedido a otros rubros.
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