Mientras el reloj marcaba la cuenta regresiva para que se cumplan los 100 años de vida institucional de Universitario de Deportes por mi mente recorrieron cientos de momentos, instantes fotográficos, que perdurarán para siempre en mí. La nostalgia me invade, esa sensación de alegría y recuerdos me hacen humedecer mis ojos y en mi garganta siento un nudo que no me permite decir una palabra, pero veo cada instante como único.
Siento y percibo que lo mismo pasaba por la memoria de cada uno de mis amigos y compañeros con los que compartimos vestuarios, y también con los de otra época, unidos por los mismos colores en distintos momentos, pero con el mismo ADN que llevamos todos los que hemos vestido la gloriosa camiseta crema.
Sin duda, esa alegría era el mismo sentir de los hinchas que se habían dado cita en el estadio Monumental, millones en sus casas en el Perú y un puñado más regados por distintas partes del mundo. Cuando el reloj marcó la hora indicada, fue un momento de clímax total acompañado por fuegos artificiales que iluminó Lima y desde el Perú salió la señal de la ‘U’ para todo el planeta tierra.
Ahí estábamos un puñado de jugadores representando a los miles que formamos parte de la ‘U’ en estos cien años, cada uno sumando un granito de arena en la historia del club. Por supuesto, en la tribuna estaban presente los hinchas disfrutando de cada instante del club de nuestros amores ya que sin ellos no hiera sido posible ganarse el lugar donde está la ‘U’.
Fue una noche de alegría total para mí, como dice mi amigo Juan Carlos Orderique, estaba extasiado. Le agradecí a Dios por permitirme vivir para estar presente y disfrutar del Centenario y lo digo con humildad. Cada instante, cada momento lo viví intensamente. Disfruté reencontrarme con los hinchas y poder compartir con tantos amigos y compañeros que me dio la ‘U’.
Fui uno de los primeros en llegar y uno de los últimos en retirarme del estadio Monumental. Brindé y bailé e hice bailar a mis amigos a mi estilo. Yo estaba poseído, disfruté del Centenario como debe ser. Cien años no se cumplen todos los días. Felicitaciones a la administración por la organización.
Nos leemos el próximo lunes.