22/12/2024

Paolo Guerrero, el último galáctico y lo que significa ganarse tantos enemigos para cumplir el sueño de niño [VIDEO]

Hace 4 meses

Así lo llaman sus amigos: Galáctico. Para la estadísticas, es el goleador histórico de la selección. Y para sus enemigos, es el futbolista del eterno berrinche. Este domingo será presentado Paolo Guerrero en Matute y lo que se viene será un auténtico fenómeno social que excederá las fronteras de La Victoria.

LEE MÁS | Campeonar en el Centenario de la ‘U’ a los 40 años o un homenaje sentimental: ¿Para qué llega Paolo a Alianza Lima?

Por eso, que Paolo Guerrero haya movilizado presidentes, gerentes, sponsors y tuiteros, todo en dos semanas, como si tuviera que acelerar el eje de la Tierra, no solo se me hace justo consigo mismo sino el estricto cumplimiento de una promesa que remonta a la infancia. ¿Es un riesgo? Nadie lo duda. ¿Legalmente está libre de castigo? Vallejo, su ex, se encargará de hacérselo saber. Jugar por Alianza en el final de su carrera es -era- el único lujo que no podía comprar con su dinero. Y ya está hecho: jugará hasta diciembre del 2025. Hasta el hincha más recalcitrante del rival, aunque no lo postee, sabe en su interior que tiene miedo.

Jugar es, por supuesto, el verbo más fácil. Paolo 2024 es una versión lejana de aquel Llanero Solitario que se podía llevar a cuatro defensas y rematar con furia un balazo, o ese miura -Jorge Barraza dixit- que podía con Godín o Lugano y los dejaba regado en el suelo, como si no fueran Godín o Lugano. Por un lado las estadísticas -jugó solo 6 partidos en ocho meses, marcó 4 goles en Vallejo-, también por su agitada vida personal, que lo llevó a dejar LDU campeón de la Sudamericana para firmar por Vallejo, luego ya no querer ir a Vallejo, y finalmente renunciar a Vallejo. No es -o no parece- un delantero refuerzo sino un crack problema. En ese sentido, las sumas y restas de este Guerrero de 40 años lo exponen a los dos extremos y le tocará convivir con eso: quienes insisten en que es ya un ex futbolista, con un ego gigantesco y radiografían sus músculos, sus rodillas, pero no su terco corazón; y quienes más bien todavía respetan al goleador histórico de Perú (39) y le perdonan todo, en especial, esta fascinación de querer salirse siempre con la suya. Este polémico rol de ser un galáctico, como dicen sus patas Jefferson y Cucurucho, pero también ser un limeño hijito de mamá.

Como sea, le quedan 8 partidos esta temporada para salir campeón con el equipo del que es hincha. Qué titánica y hermosa tarea. Esto podría salir muy bien, o podría salir muy mal. Si es lo primero, faltarán paredes para pintar con su cara, tela para estamparlo en banderas. Y si ocurre lo último, alta posibilidad, dirán sus nuevos enemigos que es una consecuencia de haber querido romper el orden natural de las cosas. De haber pensado más en su ego, que en el juego.

Mientras eso ocurre, sin embargo, hay un nuevo fenómeno social en marcha: Paolo Guerrero en Matute. El distrito le quedará chico. El último futbolista de la brillante Generación 84 en vigencia y estos son, ahora sí, sus últimos días en una cancha. La noticia es esa.

Luego, tristemente, no queda nada más.


Ver noticia en El Comercio: DT

Temas Relacionados: