Mi gente de ‘La fe de Cuto’, luego de la entrevista con Óscar Ibáñez, les traemos una imperdible charla con Salomón Libman, también conocido como ‘Yuyo’, quien nos cuenta detalles poco antes revelados de su inicios, la selección peruana y más.
En la entrevista, Salomón recuerda anécdotas con Alianza Lima y de cuando fue entrenado por Jorge Sampaoli. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.
¿Quién te pone la chapa de ‘Yuyo’?
La chapa me la pone el papá de un amigo de mi hermano, Freddy Castelano. Yo salía de mascota y por los rulos me pusieron Yuyo. Me quedé con esa chapa desde la escuela.
¿De qué barrio eres?
De Lince, la cuadra 25 de Mariscal Miller, entre Trinidad Morán y Dos de Mayo. Eran otras épocas, mi viejo no me dejaba ir a tomar el taxi por ahí, tenía que irme por otro lado, ya cambió todo. Mi vieja también se mudó y desde que me casé estoy en otro lado.
¿Qué me puedes contar de tu barrio?
Con mis hermanos en la esquina, jugábamos en la pista. Yo vivía en la casa de mis abuelos y había un garage, ahí también aprendí a ser arquero o me gustó. Me agarraban a pelotazos. Los domingos, mi viejo que en paz descanse, nos llevaba al parque y a la hora de regresar, la gaseosa de vidrio. Mi vida era del colegio, ir a entrenar y regresaba en la tarde noche.
¿Qué recuerdas de tu infancia?
Varias cosas, el sacrificio de mis padres por unos guantes, antes no habían tantas marcas. Me acuerdo que el regalo que siempre pedía era guantes y el sacrificio que hacía mi vieja para llevarme a entrenar, me llevaba a la escuela de arqueros en Eseful, Cantolao no tenía preparador de arqueros en esa época. Iba dos veces a la semana y a veces no me aceptaban porque era muy chico, me acepta el señor Lucho Aldave. Tú has jugado con su hijo, Lucho, está de peleador ahorita. Mi mamá me llevaba, se escapa del trabajo para llevarme a entrenar y de ahí me recogía, tenía como 6 o 7 años. Yo he sido futbolista gracias a mis padres, los domingos los despertaba para llevarme a Ventanilla. Mis amigos del Cantolao, promoción 84...
¿Quiénes eran?
Mi amigo Cachito, Gianfranco Labarthe, Donny Neyra, Johan Vásquez, que llegaron a ser profesional. Los de Alianza se jactan de que nos ganaban, ellos empezaron cuando se fusionan porque solo jugaban Paolo y Cucurucho, Roberto, después llegó Farfán, Jair Céspedes, Cruzado, Carlitos Fernández, buen equipo. En Cristal tapaba Penny, el Mudo Rodríguez, Michael Guevara, entre otros.
¿Qué recuerdas de tu etapa en el colegio?
Yo estudié en el Champagnat de Miraflores, los mejores recuerdos. El colegio siempre me apoyó, jugaba en Adecore. No pude ir a mi viaje de promoción por el fútbol, ni a la graduación. Había reunión de padres donde les preguntaban qué iban a ser los hijos, mi viejo salió orgulloso diciendo que yo iba ser futbolista. Todos se rieron de él, mi papá me lo contó, mi mamá le dijo ‘vas a ver que después se van a reír’. Mi viejo era mi principal crítico, en los partidos no me decía nada, pero uno sabe cuando la caga, siempre me apoyó, siempre estaba pendiente. Hay una época en la que uno no juega a nivel profesional, el puesto de arquero es duro... entrenas y entrenas y mis papás me apoyaron.
¿Cómo llegas a Cantolao?
Por mis hermanos, pero mi primer equipo es el Boys, con Ferreti. Me llevan para jugar en la categoría 82, mi primera Copa de la Amistad, año 90. No había para mi edad. Jugaban los hermanos Atoche. De ahí paso a Cantolao, ahí jugaban mis hermanos, yo pasé para jugar para la 83, de ahí bajé a mi categoría 84. 83 jugué con Paolo de la Haza, que viajamos a Europa, esas anéctodas.
¿Qué anécdotas tienes?
Viajamos a Europa 40 días, España, Austria, Suecia, Dinamarca, Noruega. Tenía que recolectar botellas para ganar un dólar o dos dólares o las coronas en Suecia. La camiseta del Cantolao la cambiaba por 60 dólares. La gente quería tu camiseta.
¿Llevaron chullos?
Chullos también. Después me toca viajar con la 84 y a los 15 años también.
DECIDIÓ SER ARQUERO
¿Cómo nace tu pasión por el arco?
Mi mamá me llevaba a ver los partidos de mi hermano mayor en Ventanilla. Me ponían detrás del arco y empezaba a imitar a los arqueros, me ponía vincha, el short chiquito, era loco. En la casa de mis abuelos también. Me dio la locura y me empezó a jugar. En la casa de mis abuelos cuántos focos he reventado, mi abuela me perseguía con el palo.
¿Qué técnico te hace debutar en la profesional?
Sampaoli, en el 2003, con Alianza. Estadio lleno, me llama y me dice ‘tú tapa como en los entrenamientos, la única diferencia es que la gente ha pagado para ver un partido. Cuántos años te has preparado, tranquilo’. Estaba Carmona de capitán, Chacón, Cafú Salazar, Nolberto Araujo, Piero Alva, Orejuela, Paolo de la Haza, Corcuera, el Cholo Prado, un equipazo. Lo disfruté, empatamos 2-2. Mi viejo no fue al estadio de los nervios, mi vieja fue sola.
¿Quién fue tu padrino?
El cabezón Carmona.
¿Alguna anécdota con Sampaoli?
Tengo varias. Antes del debut, me manda un fajo de CDs de los partidos de Alianza, él ya se había mudado, vivía en el Callao y se va a Javier Prado, yo vivía a tres cuadras, me tenía loco. Cuando lo expulsan a Jhonny Vegas, me dice ‘prepárate que vas a jugar’. Era un enfermo del entrenamiento pero la gente lo respetaba. Dormíamos en colchonetas, entrenábamos en el Okinawense, Chacón tenía su Jeep grandote, atrás metía a todos los chibolos, era imposible volver todos, nos ponían colchonetas, un cuarto de pollo para cada uno, solidarios, comíamos todos, no se lesionaba nadie. Pasó lo que pasó de la huelga en 2003 y pasaron 21 años. El hombrecito decía ‘yo voy a estar en Europa y ni te voy a saludar Corcuerita, ¿quién sos?’, decía Sampaoli, pregúntale al Cholo Prado, le decían, ‘a ti quién te conoce, pelao’.
¿Cuándo juegas en el Boys también estudiabas?
Yo estudié en la Ricardo Palma, salgo del colegio en 2000, tuve un año sabático, estudiaba inglés... en 2002, mi viejo me dice que tenía que estudiar. Me pagaron el primer ciclo, llevé siete cursos, aprobé 5 y jalé dos por faltas, era mucho y era la única carrera que había en todo el Perú de noche, para la gente que trabajaba. Terminé en 2009, cuando estaba en Alianza. Estudié Administración de Empresas, tengo varias anécdotas.
Cuéntanos...
Entrenaba doble turno en Boys, me había comprado un carro porque el tráfico era increíble. Mi temor era jalar por faltas porque ya me costaba a mí, ya tenía sueldo. Tocaba la puerta, hasta pataditas le metía a la puerta. Entro al salón y toda la gente tsss.
La clásica...
Yo jugaba pero no de titular seguido, en una clase de Economía el profe me dijo ‘por qué no estás jugando’, y yo le dije ‘profesor, me estoy esforzando ya va llegar mi oportunidad. El fútbol en la vida da muchas vueltas’. Un pata atrás me dice ‘lo único que da vueltas en la vida es el pollo a la brasa’. Malcriado, en mi locura que me agarró asado, pateé la carpeta y se empezó a caer las carpetas como dominó, el profe me sacó y el pata se hizo uno de mis mejores amigos. La del picón también, me decían ‘llegas tarde’ y yo les decía ‘tranquilo, cuando juegue, ni te voy a saludar, me vas a pedir entradas...’ y dicho y hecho, después del Boys, comienzo a jugar seguido y paso a Alianza, los profes querían camisetas.
¿Cómo se da tu pase a Alianza?
En 2008. Mattos, el presidente, nos cita en su casa en Lince, que nos iba pagar, nos debían tres meses y medio. Alianza me había llamado un día antes porque se había ido Beto Boloña, se había ido en préstamo, Erick se había lesionado en Cristal y Heredia se había ido a Bolo y en Boys me debían, no tenían cómo pagarme. Me lleva Mauricio Prado, me lleva a la oficina, voy, fui a mi casa, regreso en el carro y entra la llamada del Chino Benavides...
Estaba en Cristal...
Que estaba en Cristal, me dice para ir a Cristal. Tenía las dos propuestas y opté por ir a Alianza y no me equivoqué. Me tocó un año duro en 2008, pelear el descenso, fue durísimo. Jayo justo se había ido, no estaba, estaba Quintero, Ciurlizza, Gonzáles Vigil, Aguirre, Montaño, Coyi, el Salvaje Martínez, fue durísimo. El entrenador era Paez y de ahí el fierro caliente lo agarra Pepe Soto. El penúltimo partido con Cristal nos mandan a concentrar a un hotel en Miraflores y la clásica que el día anterior la comida, las pastas. Yo concentré con Goyito, cómo roncaba porque sabía que no iba jugar. Salí al pasillo de madrugada, no podía dormir y estaba Jayo en el pasadizo, Pepe, Ciurlizza, el Pato... había llegado Carlos Franco, el dirigente, se molesta cuando lo cuento. Llega con el papelito diciendo, ‘muchachos, acá están los pasajes por si mañana no ganamos tengo que irme del país, ya mi corazón no aguanta’ y se comenzó a ahogar.
Al día siguiente, en el almuerzo, la comida a las 11:30, silencio total. Matute estaba reventando, se me fue todo en el calentamiento, me motivé, hizo gol Coyi y metimos el camión atrás. El tiempo no se pasaba. Termina el partido y Mineiro jugaba con Áncash, entramos al camerino y era definir en Matucana, con el Aurich, 2008. Perdimos 1-0, me hacen gol pero la gente ya estaba relajada, había sido un año durísimo. Entramos al camerín, iba ganando Minero 2-1, habían esos radios antiguos y se escucha ‘gooool’ y lágrimas de Pepe, de Ciurlizza, Quintero, esa semana andábamos de parrilla y parrilla. Yo firmo el contrato, con Alianza renuevo y fuimos a ver ese partido de ustedes, ganaron 2-1.
¿Qué pasó en esa final que jugamos en 2011 con Morales, que le metes un puñete?
El puñete es del 2012. Después nos hemos hablado, su hijo en arquero. Yo lo conocí a él de la escuela de arqueros. Ese día nos metieron un baile, perdimos 3-0. Me hace gol y encima me dice ‘oe conch...’, salgo, me paro y le metí, pero tampoco tan fuerte. Me llegó mi sanción, cuatro fechazas, me la bajaron.
También jugaste en Sport Rosario
Sí, en 2017, creo que fue uno de mis mejores años, es un equipo de Huaraz. El 2016 fue un año duro con Vallejo, descendemos, estaba Franco, a la quinta fecha lo sacan y viene Comizo, y me saca. No podía dormir, Vallejo tiene un equipazo.
Claro...
En 2016 yo me junto con César, me busca en mi departamento en Trujillo, él estaba en campaña, me dijo que quería que me quede. Yo había estado en la selección, creía que estaba en mi momento. Me dijo que me iba pagar lo mismo, le dije que no lo hacía por plata, que quería jugar en primera. A veces la soberbia no es buena, era Navidad y nadie me llamaba, pensaban que era un arquero caro. Llega la llamada del Sport Rosario que había ascendido, nos pusimos de acuerdo, llegué sin ser soberbio y llegué a los exámenes médicos en Lima pero no conocía a nadie. Llegó Rabanal y se comenzó a armar el equipo.
En Huaraz no había mall, mi familia iba una vez al año, cada vez que terminaba un partido me regresaba, tenía un pata que me hacía la movilidad, estaba estacionado atrás del arco, son sacrificios que uno hace. Jugaba sábado, llegaba a la 1:30 de la mañana, mi hijo jugaba en la mañana y en la tarde me regresaba, a veces en bus, para llegar directo al entrenamiento, nunca me lesioné. Quería en un día hacer todo, regresaba a Lima y volvía a Huaraz. No es por tirarme flores pero he sido el único arquero del fútbol peruano que ha hecho gol de jugada, Jhonny ha hecho de tiro libre, otros de penal. Fue de cabezazo.
¿Te vas a Huancayo?
Sí, te pagan puntual pero logística no tienen. Ya tenían su grupo armado, me lesiono el hombro y después llega Ramacciotti, comienza a rotar los arqueros, yo quería jugar. el presidente me hizo jugar en Reserva. En Huancayo, llega la llamada de Franco y me voy a UTC en 2020.
¿Qué tal en Cajamarca?
La primera parte, llego, yo viví el primer año en un hotel, antes de la pandemia. Jugamos 4 o 5 partidos y viene la pandemia, felizmente agarré el último vuelo. Llego a Lima y me llama el presidente, que iban a habilitar, que teníamos que llegar a Cajamarca ‘ustedes vieron cómo se fueron, vean cómo regresan, se tiene que presentar el lunes’. El tío Leo se mueve, conseguimos un bus, teníamos que hacernos las pruebas rápidas. El viaje fue de 24 horas. Llegamos, no habían pruebas para 10 jugadores, los de la comunidad no nos dejaban pasar si no teníamos las pruebas, querían que hagamos cuarentena. Yo había visto un sitio bien bacán que tenía todo, no me iba sacrificar en un cuarto todos juntos. Mi casa en Cajamarca ha sido uno de los mejores sitios en los que he vivido, era sola para mí, era pandemia, los dueños vivían en Lima, tenía piscina, un jardín adentro, una señora me cocinaba, la pandemia la pasé bien, no podía venir a Lima a ver a mi familia. Nos pagaron bien, la logística tiene que mejorar. Puedes caminar a cualquier hora y no te roban, los mismos ronderos cuidan en Cajamarca. La pasé bien en Cajamarca.
Unión Comercio fue tu último club...
Una mala experiencia en todos los sentidos. Llegué, no habían condiciones mínimas, las canchas, la logística, el trato no era para mí. Me terminé yendo, jugué cinco o seis partidos, contra la U, que ganamos, contra Cienciano en Cusco, contra Huancayo de local, un par de partidos más y no pues, no era para mí, fue una mala decisión mía.
Me han contado historias...
Llegué a la pretemporada, tenía que ir en mototaxi a almorzar, cenar, iba, yo lo pagaba... yo cuando arreglé, decidí que mi familia que se quedaba en Lima y por joder, me ponían el entrenamiento a las 6 de la mañana, para no irme a Lima en mi día libre. Choqué ahí en su momento y no se dieron las cosas como quise. De ahí arreglo de palabra con Richard para Vallejo porque me llama el Loco Abreu, yo estaba en otra faceta, me dijo que necesitaba un líder. Por un tema de los cupos no me termino yendo.
En esa anécdota de UTC, cuando Alianza pasa lo de 2020 yo me ofrezco para ir a Alianza, no se da por muchos motivos y para el 2022, que tenía 38, Alianza me llama, mi esposa quería que regrese, yo había firmado en UTC, ni Franco ni el presidente me dejaron ir.
Todo este tiempo en provincia he tenido tiempo libre, estudié para técnico, tengo licencia pro, hice mis prácticas como entrenador de arqueros, en las tardes iba en UTC para que me presten las canchas. Terminé la licencia pro y justo entra la llamada de Alianza en setiembre del año pasado, habían visto mi CV, había un puesto en la reserva y el año pasado agarro la reserva de Alianza, todavía no sentía que me había retirado, seguía entrenando por mi cuenta y en diciembre me entrevista Restrepo y me llaman para el primer equipo, pero me he preparado. La gente me ponía cabe, decían que tenía vara, que por ser blanco, por ser Salomón, yo me he preparado, he estudiado, me sigo capacitando, pero gente que consideraba amiga poniéndome baches. El hecho de haber jugado ayuda, pero hay que estudiar. Estuve 10 años lejos de mi familia para tener una tranquilidad, el fútbol es cortito y tienes que saber invertir tu dinero, también estudié gerencia deportiva y te abre el camino, uno nunca sabe lo que puede pasar, la carrera del futbolista es corta.
Mi viejo fallece, que ganamos en Cajamarca 2-0, yo tenía 20 llamadas del Nextel, que tenía que ir a mi casa, y fui. Fui a Lima un miércoles, me tomé unas fotos por el día del padre y me fui a ver a mi papá que se acababa de operar, lo vi bien, el doctor me dijo que estaba bien pero mi papá me dijo ‘Salomón, debajo de mis ternos, están los seguros de vida, cuida a tu mamá’, le dije ‘papá, no hables huevadas’.
Me voy a Trujillo, viajamos dos días antes en bus y tenía llamadas, no podía regresarme de Cajamarca, no había vuelo, mi fui a Trujillo, llego el domingo y mi viejo fallece ese mismo día, lo vi lúcido. Lo agarro al doctor y le dije ‘tú no me has dicho que estaba bien’ y me dice ‘tu mamá, ella no quería que te digan nada porque ibas a jugar’. Por suerte pude despedirme de mi papá. Mi papá fallece un domingo y nos toca jugar un miércoles y ahí recibo el apoyo de Franco, yo quería jugar, empatamos con San Martín 1-1.
De 2010 a 2016 fuiste parte de la selección peruana...
Bacán, me llamaron en 2010, estando en Alianza, una experiencia inolvidable, me toca jugar contra Jamaica y ahí tuve todo el proceso con Markarián, fui a la Copa América en 2011, me toca jugar un partido con Chile. Quedamos terceros en esa Copa América. Fue un logro porque Perú no ganaba hace tiempo nada y creo que Markarián dejó una base importante. También fui en 2015, con Gareca, a la Copa América, todo el proceso clasificatorio. Ya estando en Vallejo también me vuelven a convocar a la selección.
¿Una anécdota cuando fuiste convocado por primera vez?
Me las olía pero defender a tu país es lo mejor. Fui a Japón a la Copa Kirín, pero no salí en el ampay. Yo estaba concentrando con Revoredo. La selección es el máximo recuerdo que tengo, convivir, convives 40 días con compañeros y por eso es la afinidad que tengo con algunos. Anécdotas un montón.
Se viene tu partido de despedida...
Sí, la verdad es que como lo habíamos hablado, yo tenía en mente el último partido que iba jugar estar con mis hijos, que salgan de mascota, pero no se pudo dar por diferentes motivos. Ya les va llegar su invitación, va ser el 15 de noviembre, una fecha especial. Con los compañeros que he jugado, amigos, queremos hacer un partido de exhibición con la gente de mi promoción y con la gente que he compartido camerino, va haber sorpresas. Va ser en el Regatas de Villa, sábado 16 de noviembre, ya les va llegar su invitación, no sea impaciente.