22/12/2024

Zapatito, Lobito, Pajita: un elogio al utilero, ese héroe anónimo que viste y calza el corazón de cada club de fútbol en el Perú [FOTOS]

Hace 2 meses

Zapatito, Lobito, Pajita: un elogio al utilero, ese héroe anónimo que viste y calza el corazón de cada club de fútbol en el Perú [FOTOS]

Solo él conoce con precisión de cartógrafo la ubicación de cada objeto del club, que por su afán y cariño, puede considerar como de culto: desde los chimpunes y las cábalas, hasta las tristezas y alegrías más íntimas de cada futbolista al que viste y calza con una obsesión propia de unos padres primerizos.

Solo él conoce con precisión de cartógrafo la ubicación de cada objeto del club, que por su afán y cariño, puede considerar como de culto: desde los chimpunes y las cábalas, hasta las tristezas y alegrías más íntimas de cada futbolista al que viste y calza con una obsesión propia de unos padres primerizos.

Es como un superhéroe cuyo mayor talento suele ser pasar desapercibido. El utilero, relegado a la fama del camerino, debe ser todo menos protagonista en público. En la interna sin embargo, es sicólogo, asistente, guardaespaldas, compañero y hasta amigo. Solo él conoce con precisión de cartógrafo la ubicación de cada objeto del club, que por su afán y cariño, puede considerar como de culto: desde los chimpunes y las cábalas, hasta las tristezas y alegrías más íntimas de cada futbolista al que viste y calza con una obsesión propia de unos padres primerizos. Y sobre todo, aunque es un héroe anónimo de oficio, también es el retrato más sincero del amor incondicional por un equipo de fútbol.

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Así fue, por ejemplo, el entrañable César Enrique Vega Cueva, un monumento al amor y la paciencia por Universitario, equipo al que entregó todo desde su adolescencia, además de alrededor de 14 horas diarias en las que sabía ser feliz con muy poquito: un pasaje, un almuerzo y la posibilidad de tener muy de cerca a sus ídolos.

César Vega, quien falleció de forma repentina este lunes 28 de octubre producto de un accidente automovilístico, personificaba el mayor elogio al oficio. En sus 46 años de vida fue, sobre todo, dos cosas: hincha de Universitario y trabajador de Universitario. Con seis títulos y cientos de anécdotas a cuestas, el popular ‘Zapatito’ nunca supo reconocer su trabajo como tal, para él y su corazón sencillo, era una suerte de premio formar parte de una familia a la que llegó gracias a su simpatía por el ‘León’ Rodríguez de la década de los noventas.

Es por él que las banderas lucen hoy a media asta en el Lolo Fernández, recinto donde a fines de 1994 su curiosidad y cariño por Universitario lo llevaron para tentar a la suerte y colarse a los entrenamientos del primer equipo. Contaba como anécdota que como parte de sus incursiones en las que debía burlar la garita de seguridad, llevaba una mochila con zapatos que ofrecía a la venta. De ahí el origen de su apodo.

Es por él que el fútbol peruano está de luto. Fue por él también que Universitario siempre lucía impecable para un partido o contaba con los utensilios en orden para las prácticas. Fue por él, entre tantas cosas, que Ricardo Gareca calmaba su ansiedad jugando al fútbol tenis antes de cada encuentro y por él que muchos niños llevaron a casa una gorra como recuerdo de la visita de la ‘U’ en provincias. Las mismas gorras que el propio ‘Zapatito’ confeccionaba desde el 2006 con diseños alusivos a su sentimiento crema.

Mensaje de Alex Valera tras fallecimiento de César Vega, utilero de Universitario de Deportes. (Foto: Captura).
Mensaje de Alex Valera tras fallecimiento de César Vega, utilero de Universitario de Deportes. (Foto: Captura).

Son parte de la historia

En un país como el Perú donde los recursos en el fútbol a menudo son limitados, el oficio de utilero se convierte en un acto de heroísmo. No solo se encarga de los uniformes, sino también de muchas tareas invisibles, como conseguir esa botella de agua que tanto se necesita o gestionar la aparición de las cosas. En cuestiones de logística, es como el especialista de los pequeños detalles. No hay obstáculo que lo detenga: donde otros ven limitaciones, el utilero encuentra una oportunidad para ser útil.

Así como “Zapatito” hay en el fútbol peruano otras célebres figuras que engalanan el oficio. Desde Pajita, Jayito o Piraña, cada quien héroe invisible en su club. Ahí está también, por ejemplo, el histórico ‘Chino’ Pepe, histórico utilero de Alianza Lima y la selección peruana. Para quienes no lo recuerdan, el ‘Chino’ Pepe (José Achóng Carrión) es el responsable de que el cuadro blanquiazul use la blanquimorada en el mes de octubre.

El Chino Pepe era devoto del Señor de los Milagros. Inspirado por esta devoción, a Carrión se le ocurrió una idea que cambiaría la historia del club de sus amores: propuso utilizar las telas moradas que se empleaban para confeccionar los hábitos de los nazarenos para crear los uniformes de Alianza Lima. La primera vez que Alianza Lima vistió la camiseta morada fue en un amistoso a mediados de los años 50. Sin embargo, recién en 1971 se institucionalizó la costumbre.

El Chino Pepe es llevado por los policías al camarín | Foto: Café, Ron y Gol
El Chino Pepe es llevado por los policías al camarín | Foto: Café, Ron y Gol

Entre otros históricos de la utilería también está Hermes Zolezzi Arguedas o simplemente “El Mono Zolezzi”, utilero de Universitario y de la selección peruana en las décadas del ochenta y noventa. Fue precisamente él quién llevó al Puma Carranza al Lolo Fernández por primera vez. Este 2024 cumplió 80 años. Desde la década del 70 frecuentaba el Lolo Fernández por su amistad con el exentrenador Fernando Cuellar.


El 'Monito' Zolezzi descubrió a Carranza. (Foto: Facebook / Archivo)
El 'Monito' Zolezzi descubrió a Carranza. (Foto: Facebook / Archivo)

Miguel Linares, quien llegó a Sporting Cristal en setiembre de 1993 luego de trabajar en la selección peruana durante el proceso de Vladimir Popovic, es un emblema en el cuadro rimense. El hombre que pese a tener el privilegio de vivir en la interna del equipo, veía los partidos por el celular, pues prefería quedarse en el camerino cuidando los objetos personales del plantel.

En Sport Boys el nombre de Ricardo Luna deriva a una eminencia de la utilería rosada. Se inició en el oficio a mediados de la década de los 50 por la única razón posible: el amor a la camiseta. “Agüita” ingresó al Sport Boys como asistente del utilero Pablo Lemuria cuando tenía 13 años. Desde entonces, su entrega y pasión por el equipo lo llevaron a convertirse en una figura del camerino, donde vivió en primera persona 3 de los 6 títulos nacionales del cuadro rosado.

Todos, en absoluto, con un carisma apropiado de quien se sabe el hombre orquesta de un orden necesario para que todo funcione. Todos conscientes de la importancia de lo humano: estar y hablar en las buenas y en las malas es, también, parte de su ángel.

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