Mi gente de La fe de Cuto, Álex Valera llega al podcast deportivo más exitoso del YouTube para contarnos sus más divertidas anécdotas en el mundo de la pelotita y sus experiencias más íntimas desde sus inicios en las canchas.
El delantero peruano habla del emocionante bicampeonato de Universitario de Deportes, además de sus primeros trabajos antes del fútbol, sus compañeros en las canchas, sus más entrañables técnicos, el mundial de Qatar y mucho más. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida y empezamos.
¿Cómo se siente ser parte de la historia del club Universitario de Deportes?
Se siente algo lindo, muy emocionante, para mí es el club más grande del Perú, no es fácil y sobre todo permanecer tanto tiempo, no es fácil, depende del trabajo del día a día, estoy muy emocionado y quiero seguir haciendo historia.
Y esos bailes... estaban poseídos...
Nadie te iguala, tío... Corzo es muy importante para el club, su alegría, es un buen líder y lo demuestra hasta cuando estábamos celebrando, pero malísimo, muy malo en el baile... Es el jugador más antiguo del club, un buen referente, buen líder, buen capitán, siempre nos apoya en todo...
¿Cómo vivieron el título allá?
Fue muy emocionante desde que llegamos, el estadio estaba lleno y afuera habían una cola de gente... no me imaginé ver el estadio repleto... cuando lo vi, caminaba, miraba a la tribuna, vi a la gente cantando, faltaba una hora y media para que empiece el partido, imagínate esa adrenalina, la gente dormía afuera, en carpas... entramos al camerín y sabíamos que teníamos que campeonar, fue un clima muy bonito. En el banderazo, fue muy bonito, el hincha siempre estuvo con nosotros.
Algo que se te venga a la mente en el estadio...
La gente, llegamos de frente al camerino, nos cambiamos y comenzamos a cantar. Era un partido que teníamos que ganarlo, jugar en altura no es fácil, a las tres de la tarde con el sol que golpea. El grass estaba alto. En el partido, el central me dijo ‘¿no estás cansado?, por la cancha’ y yo le digo ‘qué voy a estar cansado, yo corro hasta que esté muerto’, tenía que correr. De ese partido me tenían que sacar muerto.
¿Cuál crees que ha sido el éxito para que puedan campeonar en su centenario?
Nosotros hemos sido una familia, unos chicos muy trabajadores, muy humildes, formar un equipo y llevarse bien con todo el mundo, saber llevar bien al grupo y sobre todo, que en el partido éramos una familia, uno fallaba, el otro corría a recuperar esa pelota, eso hizo que pudiéramos alcanzar el bicampeonato.
Todo ha sido un gran trabajo de las personas que están a cargo del club
Sí, desde que llegó Jean está haciendo las cosas bien, llegamos tenemos nuestro desayuno, buffet, la ropa limpiecita... todas las personas cumplen su trabajo y aman lo que hacen... yo siento que la U es mi hogar, espero estar más tiempo, me gustaría, quiero seguir siendo parte de la historia del club
¿En qué momento deciden asegurar y no jugar el partido adicional?
Fue terminando el campeonato, ganamos el Apertura, fue la tensión más difícil. Ese fue el partido más eterno, con Cristal, terminó, celebramos, pero teníamos que enfocarnos en ganar el Clausura. No podíamos dormir, cinco de la mañana se me iba el sueño, comía esas gomitas de melatonina e igual, fue une tensión muy fuerte, hasta canas me han salido. En el bus me iba pestañeando... es una tensión demasiado fuerte para nosotros, un estrés... Tienes vacaciones pero debes pensar que si 10 días dejas de jugar fútbol, luego viene la pretemporada...a pesar de las vacaciones tenemos que seguir entrenando para llegar bien a la pretemporada... jugar fútbol no es solo patear una pelota, hay que concentrar, perderte fechas importantes, yo soy de Chiclayo, aprovecho las vacaciones para ir a ver a la familia, es parte de lo que vivimos y la gente no ve, tenemos una vida, somos humanos.
¿Quiénes son los que ponen la chispa en el camerino?
Yo soy muy cohibido en cámaras, soy introvertido, pero en el camerín soy otro, está Jorge Murrugarra, Yuriel Celi, Andy Polo, Orejas Flores, Diego Romero. El que pone la música es Diego Romero, a veces yo... Yo soy cumbiambero pero me acostumbré al reparto, tengo que ser parte de ellos, siento que soy uno que más estoy con la chispa, está Aldo Corzo, es cargosazo, parece un epiléptico. El grupo está bien.
¿Cómo fuiste mejorando en el aspecto técnico? ¿eres de ira?
Yo soy un jugador que no he tenido formación, no he tenido menores, yo llegué a un equipo, San Alberto de Pátamo, jugaba Copa Perú pero jugábamos y nos íbamos, no había entrenamiento. Una vez llegó un equipo y me llamó, ellos sí entrenaban, me daban cinco soles diario, dos cogía de Pomalca hasta Pátamo y dos de Pátamo a Pomalca, y un sol para mi hamburguesa, no tenía entrenamiento. A la hora del entrenamiento, no sabía moverme, la coordinación, la gente se burlaba pero yo tenía las ganas... hasta que la agarré.
Fue como empezar de cero...
Como un niño. Comencé a meter goles. Luego pasé a Piratas de Copa Perú. Llegué a la U, yo era el que más entrenaba, estaba el profe Comizzo, nunca había hecho una pretemporada tan fuerte. Entrenar tres veces al día, me costó demasiado, pesas desde las seis de la mañana, a las 11 correr en arena y en la tarde, con pelota. Las piernas me estallaban, un día nos hicieron hacer sesenta pasadas. Ahora, físicamente me va bien y me entreno sabiendo lo que voy hacer, tengo limitaciones porque no tengo formación, tenía que pagar para entrar a una academia pero en ese tiempo no había plata, no podía darle un esfuerzo más a mi familia, yo chambeaba, he chambeado en muchas cosas para solventarme a mí mismo. Aprovecho cada partido como si fuera el último de mi carrera.
¿Qué es lo que más recuerdas de Zapatito?
Siempre fue muy alegre, te solucionaba todo, te recibía de la mejor manera, cómo se vestía para irse a las fiestas, le pusimos el Iván Cruz, siempre con su reloj que parecía de Ben 10. Lo voy a extrañar siempre, siempre conmigo fue una persona A1, por eso todo el mundo lo quiere, lo extraña y siempre nos va doler mucho su partida.
¿El cambio de técnico afectó al grupo?
Cuando a Fossati le tocó una mejor oportunidad, cada uno ver por su futuro, por su mejoría, a él le tocó la oportunidad de ir a la selección y llegó el profe Fabián, es como un jugador más, al principio lo tanteamos porque las personalidades no son iguales, no sabíamos si le gustan las bromas, si le podíamos pedir permiso, no lo conocía, pero es un jugador más, en todo está con nosotros.
¿Cuál es el mejor gol del año?
Con el de Huancayo, es de esos goles que no salen dos veces, fue un golazo pero yo sabía que lo iba meter, desde que lo vi a Ancajima, le dije ‘tíramela’ y me la tira, yo dije ‘estoy en altura, la pelota va a una velocidad, si la controlo se me va ir larga o el central me la va cerrar’, veo que el arquero sale, le dio la duda y dije ‘acá se la cambio’, salto, cerré los ojos, no le di fuerte, solo le cambié la trayectoria y cuando caigo, veo que la pelota bajó, ya no tenía aire, estaba muerto, destruido. Ya no podíamos correr del calor, como un calor del norte más altura y el grass, no puedes ni gritarle al compañero, se te va todo el aire. Ese fue el mejor gol.
SUS INICIOS EN POMALCA
Cuéntanos de tu tierra, de Pomalca
Mi tierra linda, los extraño bastante, cuando estoy allá me recargo de energía. Cuando voy mi cevichito, todo. Yo no soy mucho de ir a discotecas pero me gusta compartir con la familia y mis amigos. Amo mucho Pomalca, extraño mucho mi Chiclayo, es una ciudad muy acogedora.
¿Quién es tu mejor amigo?
Angelo, Cancito, Christian, El Chemo, Bolongo, toda mi gente de Pomalca, ya pronto voy a ir de vacaciones. Más picaflores son, pero nada, los quiero mucho. Mi familia de Chiclayo, siempre estoy agradecido de haber nacido en esa hermosa ciudad.
¿Qué recuerdas de tu infancia?
Recuerdo en el colegio jugando con botellas, chancábamos las botallas o con las pelotas de papel con las hojas de los cuadernos, era tanta humildad que no había ni una pelota. Mi infancia fue muy bonita, irme al río con mis amigos, comerme los mangos verdes con sal, irme a recoger algarrobos para venderlos, un saco grandazo, me daban cinco soles. El mundo allá es muy diferente, es un mundo más humilde, ahora todo ha cambiado
¿Cómo empiezas en el fútbol?
Una vez estaba echado en mi mueble, mirando películas y allá hay muchas polladas y parrilladas. Un amigo me dice para ir a jugar un campeonato, me iban a dar mi pollada y mis chelitas, el premio es tu caja de chelas. Llegamos, jugamos, yo metía goles y un equipo me llamó para jugar para Copa Perú, me iban a pagar 10 soles por semana, no lo hacía por dinero, sino porque me gustaba jugar. Comencé a jugar, a meter goles, en la barra habían chicas que te aplaudían y me gustó. Goles y goles, fui escalando. Un equipo se llamaba Chonate, Pirata, Carlos Stein, San Juan de Motupe... ahí fui escalando hasta que llegué al fútbol profesional, nunca me lo imaginé.
¿Cuándo supiste que ibas a jugar en el fútbol profesional?
Yo tuve la oportunidad de jugar en Pirata, pero me querían tener a prueba, me pagaban por partido. Fui tres días a la pretemporada y ya no tenía para el pasaje, yo tenía mi moto, me iba en mi moto para entrenar a la pretemporada en Pirata y ya estaba en el fútbol profesional. Me dijeron que no podía ir moto, pero eran como 15 soles de pasajes porque vivía en Pomalca y entrenaba en Pimentel. El cuarto día ya no tenía plata, mi mamá me prestaba para ir a entrenar. Pedí que me hicieran un adelanto, pero me dijeron que no porque estaba a prueba, me decepcioné bastante... al día siguiente no fui al entrenamiento y dije ‘ya fue el fútbol’, me había esforzado y nada. A los días, me llama Bazalar y me dice para ir a Garcilazo en Cusco. Me llamaron y yo no sabía negociar sueldo, pedí seis mil soles y me voy, que yo pagaba mi casa, pensé que iba sobrevivir con eso. Me fui a Garcilaso, a Cusco, era la primera vez que me iba de mi casa, mi mamá me dijo que no me iba a acostumbrar, pero yo necesitaba vivir y conocer el mundo. Me fui, hacía frío, la gente que caminaba con su vestimenta, el primer día bonito, pero después comencé a extrañar, lloraba en mi cama, hasta que me acostumbré a vivir solo, me adapté a ser independiente. Ahí ya tenía 22 años, me costó bastante porque era la primera vez que salía de mi casa.
¿En qué momento juegas fútbol playa?
Yo no sé cómo llegué al fútbol playa. En 2018 yo arreglé con Pirata, Copa Perú, y antes de una pretemporada me dicen ‘Loco, hay un campeonato de futsal en Lima’ y yo dije ‘cómo es’, lo sentía como una estafa, me dijeron que no había plata, solo comida y hotel, no dije que no, pero mi mamá me dijo ‘anda, conoce Lima, quizá te gusta’ y ya fui de curioso.
La mamá no se equivoca...
Nunca había jugado futsal, llegamos a la final con un equipo de Arequipa, que nos ganó. Se me acercó un profe brasilero, ni le entendía, me dijo si quería jugar fútbol playa para la selección, le dije ya de curioso.
¿Cómo era la candela?
Me pagaban 25 soles diarios, solo de lunes a viernes. Llegué al entrenamiento en arena y yo como bueno, pensé que era como entrenar fútbol, terminé vomitando, es un esfuerzo físico diferente, complicado, nunca había hecho eso y como estaba a prueba dije ‘me quedo’, comencé a entrenar y me quedé, me acostumbré, hasta Juanchi Comínguez estaba ahí, él entrenaba también. Me quedé ocho meses, paraba encerrado en La Videna porque no tenía casa, no conocía Lima, qué feo por estar encerrado, en La Videna me daban todo, me desayuno y almuerzo y así sobreviví con 25 soles diarios. No tenía responsabilidades, solo tenía que jugar, vivir el momento y lo disfruté.
En el 2019 juegas por Deportivo Llacuabamba...
No, jugué en Garcilazo pero reforcé a Llacuabamba, fui el goleador de la Copa Perú. En ese tiempo yo estaba construyendo mi casa. Paso a Llacuabamba, campeonamos y me voy a Chiclayo a celebrar con mis amigos y me llaman, nos había quitado la copa en mesa, tenía que ir de nuevo y me cortó todo. De ahí viene el cuadrangular y le ganamos a todos los equipos, ascendimos.
¿Y cómo fue en la construcción de tu casa?
Con todo lo que hice en Garcilaso ya terminé mi casa, mi casa no tenía baño y me daba vergüenza invitar a una chica. No tenía losetas, tenía piso falso y comencé a poner losetas, el baño lo hice lindo y mi papá como sabe eso, él lo hacía. Cuando me llamaba a Llacuabamba a reforzar, les pedí 7 mil soles, con eso me compré mi televisor grande y terminé mi casa. A la siguiente vez que me llamaron de nuevo, pedí de nuevo 7 mil soles y eso fue para mi Navidad.
Llegas a jugar en la Liga profesional
Sí, en 2020. Fue peor, llegamos y fuimos a llevar la Copa hasta Llacuabamba, son 18 horas desde Trujillo, nos llevaron en un bus como el Chino, no entraba, a la gente se le ocurre hacer caravana y fueron tres horas más. Nos ofrecieron un monto y con eso quería comprarme mi carro. Me fui a ver los carros. Íbamos a firmar un 1 de enero y 28 de diciembre me llamaron y me dijeron que no me podían dar, me bajaron como al 20% de lo que habíamos acordado, era la mitad de lo que ganaba en Copa. Me llama un entrenador de un equipo de Puno, ya era conocido como Jack Durán. Era un monto más alto del que ganaba en Cusco y dije, me voy a jugar Copa Perú, es que no podía sustentar a mi familia.
Claro...
Le conté a mi papá y me dijo, ‘por favor, cúmpleme el sueño y debuta, la plata va llegar’. Me puse a pensar, era lo económico o el sueño de mi papá, así que decidí por el sueño de mi papá, menos mal le hice caso porque fue pandemia, no hubo Copa Perú, no iba poder cobrar nada, gracias a Dios que pudimos sobrevivir en pandemia, que incluso mocharon la mitad, con eso sobrevivimos en pandemia porque mi papá se quedó sin trabajo. Mi papá también me metió presión, quería que vaya a la selección, yo lo veía lejano porque yo quería ser militar, quería ser de la marina, pero no podía, no se podía en ese momento. Yo a los 23 dije, si a los 24 no debuto y no me va bien, postulo a la Policía porque tenía que buscar mi futuro y mira, a los 23 debuto.
Para el 2021 todos te quería, estabas de moda
Los equipos... Sí, me acuerdo que ese año, ya tenía representante... te voy a contar lo de mi representante... Me acuerdo que le metí gol al Muni, empatamos 1-1 y a partir de ese momento todo cambió, los equipos empezaron a llamar y también los representantes. Ya me habían aconsejado que tenga cuidado, que no todos tiene buena intención. Mi representante de ahora, que ya me había visto en Copa Perú, me quiso llevar al Muni y me dijo no, mejor arregla con Llacuabamba porque no tenía nada para mí. Llegó con su camisa y sus zapatillas, me demostró que era buena persona y le dije ‘invítame un cevichito y te firmo el contrato’.
Me llevó y le firmé y mira, hasta el día de hoy sigo con él y ahí es donde comienzan los equipos. En ese tiempo el Muni era la primera opción, luego llega Alianza, pero yo quería estar en la U porque soy hincha, pero la U no me llamaba. Me acuerdo que la U me llamó al último, casi al terminar el campeonato, no había firmado todavía con nadie, pero me iba ir al Muni. Cuando me llama la U no lo pensé y me fui, tomé la mejor decisión de mi vida. Tuvimos un partido con Alianza, empatamos, sentía que era mi final del mundial.
En 2022 te vas a Arabia y coincidiste con Cueva...
La verdad que yo quería salir, cada uno ve su bienestar pero quizá no me fui de la mejor manera, no salí por la puerta grande en ese tiempo, me peleé con los dirigentes, ahora me llevo bien. Me voy a Arabia, llego, el Cholo era figura ahí, el Cholo me recibe pero no me fue bien, pero no en lo futbolístico, pero todo lo que viví fue muy feo, no se lo deseo a nadie, un poco de discriminación, hasta en los aeropuertos, no me dieron esa comodidad para sentirme conforme,
Son radicales...
Es otra cultura, me chocó bastante, yo me quería regresar, tampoco me pagaron mucho tiempo y el ‘Cholo’ para mí fue un sostén, es que no tenía ni para comer, yo estaba construyendo otra casa en Chiclayo. Se me acabó el dinero. Me acuerdo que tenía 15 dólares y el Cholo me daba para mi comida, él me ayudó bastante. Si no hubiera estado él, quizá otro no me hubiera ayudado.
Luego regresas a tu casa, cómo fue ese regreso...
Yo sabía que iba volver a la U, pero estaba peleado con Jean. Un periodista lanza la publicación y me llega la llamada de Manuel Barreto, me boté y dije ‘conversa con mi representante’, pero yo ya quería comenzar a entrenar. Hablaron, estuve a punto de irme a Platense, a Argentina, antes de irme a la U, me había llamado Martín Palermo para ir, yo solo estaba esperando el pasaje pero al día siguiente se cayó todo. Habían equipos de la liga peruana pero la U nada, estaba tenso, hasta que llamaron y regresé a la U. Cuando llegué al club, el reencuentro con mi presi... de frente me dijo ‘ya ves, yo te dije, ya sabes cómo es eso’, yo sabía que tenía la razón, le dije ‘nunca sentí que te falté el respeto, pero te pido disculpas, voy a ser un profesional y a partir de ahora no tengo ningún problema contigo’... ahora me dice ‘mi cholo’.
De ahí viene Gareca y te vas a la selección
La primera vez que me convocaron fue en Llacuabamba, yo estaba en la casa de mi tío en SJL, él me decía que me iban a convocar, lo presentía, no sé si era brujo, ya había salido la lista y a las 4 de la tarde me llaman y me dicen ‘te van a convocar’ y me cuelgan, se me vinieron los nervios. A las 7 de la noche me llaman y me dicen ‘en media hora te estamos recogiendo’, yo vivía en el Callao y estaba en SJL, había sido convocado a la selección. En ese tiempo teníamos un carro alquilado porque entrenaba en Pachacamac, viejo era el carro, le rogaba para que prenda porque se ponía caprichoso y no prendía. Prendió el carro y nos fuimos, me habían dado media hora, llegamos en 20 minutos, llegué y Edy me dijo ‘baja, estoy abajo’. Yo había llevado maleta pensando que me iba de viaje, no sabía que te daban uniforme diario, estaba el Covid, yo estaba emocionado, mi primera convocatoria, llegué con calentura y tenía 39 de fiebre, no me querían dejar entrar al hotel, me había dado calentura de los nervios. Le dije, ‘estoy nervioso’, me dieron algo frío y ya pasé.
Pasó...
Me pasó igual en un partido con la U, con Palmeira, en la Libertadores del 2021, me puse nervioso, me dio fiebre, yo no jugué, me mandaron al banco y me dio fiebre con escalofríos, rogaba que no me hagan entrar pero estaba calladito y me hace entrar Comizzo como 10 minutos. Con todo y fiebre corrí. Es que yo cuando me pongo nervioso, me da fiebre. Cuando llego a la selección, pensé que me iba a adaptar pero de frente fue asesinato físico.
¿Cómo superaste el momento del penal en Qatar?
Tú sabes lo complicado que es para un futbolista, fracasar. No voy a dar detalles pero me toca patear el penal, un día antes había practicado y la había puesto en ángulo. Llega el partido, mientras caminaba, sentía que el arco se me achicaba y nunca llegaba al área, cuando puse la pelota, veo un grandazo, el arquero, veo que hacía su baile, le tengo una bronca a ese arquero, el arco se me achicó y me temblaron las piernas, mi primera vez era, nunca había pateado un penal, asumí y pateé en ese ángulo que había practicado pero le pegué mal a la pelota y fallé, se me cayó el mundo, lo peor que me pasó en la vida, una etapa muy complicada.
¿A qué te dedicabas antes del fútbol?
Yo trabajaba en construcción, he repartido gaseosa, he venido pan, fui panadero, trabajé en una mototaxi, esos cuatro trabajos, jovencito, te hablo de 14, 15 y 16 años, me gustaba. Cuando vendía pan, me pagaban 3 soles y de esos tres soles ponía para la cena de la casa, le pedía al panadero que me de la mitad de pan y una mantequilla. Lo de la gaseosa me pagaban 150 semanal, me iba desde la mañana a repartir gaseosa por todo Chiclayo. Siempre me ha gustado chambear, no perder el tiempo.
Tú estabas celebrando en el bus, a qué te referías con ‘Wano’
Es un NN, uno que para hablando pero ya demasiado, se lo quería dedicar a varios, a algunos periodistas que hablan cosas que no eran.
¿Qué es lo que más les molestaba?
A mí no me molesta que me critiquen, es su trabajo, es parte de mi trabajo, pero sí me incomoda que se burlan o que den a entender que no soy profesional. Como un periodista que es hincha del equipo del al frente, conocido, peladito, hay que tener cuidado con las palabras que uno dice, pasó lo de Brasil y dice ‘qué raro, que ahora pueda jugar’, da a entender que uno no es profesional, si es periodista debe investigar un poco más, tienen que tener cuidado de lo que digan porque la persona que recibe esa información no sabe con qué intención lo puede recibir, nos exponen a nosotros, critiquen, pero que no dejen en duda el profesionalismo y no se burlen, pedimos más respeto porque tengo mi familia y más triste me pone que mi familia reciba todo esto. Hay que ser un poco más humano. Yo ya estoy curtido ya.