Flamengo apuesta en la fuerza de su plantel y en el refuerzo de última hora del Maracaná, tras haber sido abandonado por varios meses luego de la realización de los Juegos Olímpicos Río 2016. En el mítico estadio, recibirá a San Lorenzo por la Copa Libertadores.
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El mítico estadio de la 'Ciudad Maravillosa' fue escenario de las ceremonias de apertura y clausura de la cita multidisciplinaria y testigo de la conquista del oro inédito para la selección brasileña de fútbol que lideró Neymar, antes de ser abandonado a su suerte. A partir de entonces, el Maracaná se convirtió en la víctima de una disputa político-judicial entre la concesionaria que lo administra y el Comité Organizador de los Juegos.
Para contar con su tradicional casa este miércoles, Flamengo llegó a un acuerdo con la empresa gestora, por el que se hizo cargo de los costos de limpieza, recuperación del césped y hasta de la cuenta de la luz -sin pagar desde diciembre-, con el objetivo de recuperar el estadio a tiempo.
Y el esfuerzo promete dar sus frutos. De las 53.000 entradas colocadas a la venta para la que está considerada como la mayor hinchada de Brasil, 48.000 ya se habían vendido hasta la noche del lunes.
"Es una motivación muy grande poder jugar en el 'Maraca' delante de nuestra afición. Es algo que no está ocurriendo mucho con todos estos problemas. Hace tiempo que Flamengo quería regresar a la Libertadores", afirmó el lunes el arquero Alex Muralha el lunes.
El Comercio/AFP