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¿A qué juega Larriera?
El interés de Alianza Lima por Mauricio Larriera pasó principalmente por dos factores: el estilo de juego y su conocimiento del medio peruano. En tanto a lo primero, el estratega uruguayo se caracteriza por el juego ofensivo, técnico y muy vertical. Para él es importante tener la pelota, pero lo más lejos de su propia área y contar con presión alta y focalizada. La intensidad es un factor clave en su fútbol, pues al ser directo busca la salida con pases progresivos rápidos -uno o dos toques- y tiende a apoyarse mucho con los laterales ofensivos y extremos para la salida limpia; en tienda blanquiazul consideran que el plantel que presentan puede ajustarse físicamente para este tipo de juego. Su convicción es el juego prolijo, de pelota al piso y es fiel creyente de que el fútbol no debe apartarse del espectáculo.
Sin embargo, según el mismo Larriera ha comentado en reiteradas oportunidades, si bien es un hombre de juego asociativo, no busca caer en la terquedad de salir jugando como única consigna si aquello arriesga el resultado según el rival. “Hay que respetar el costo-beneficio. Cuando yo utilicé la palabra ‘estética’ al llegar a Peñarol pensé que me iban a saltar arriba, pero tenía claras algunas premisas: ganar, que es siempre un objetivo en un cuadro como Peñarol, pero con una forma, un estilo. Que para mí está antes, y eso lo sostengo”, indicó en una entrevista.
A Larriera le ha tocado ir contra la corriente en el fútbol de su país considerando que no sigue la misma receta de la mayoría entrenadores uruguayos modernos respecto a reducir el juego en priorizar lo defensivo y enviar balones largos. Sin embargo, sí tiene presente un recurso muy charrúa: la pelota parada. Más allá de eso, a nivel general, el fútbol que propone dista mucho de lo que suele esperarse de la escuela uruguaya y, en ese sentido, el estratega cumple con lo que quiere el club íntimo en tanto a ‘atacar y atacar’, como lo expresó José Bellina en su última conferencia de prensa. Al ser un entrenador relativamente joven para su profesión, en La Victoria lo piensan como una pieza clave para comandar el nuevo proceso que buscan a mediano y largo plazo. Si bien la prioridad a corto plazo es conseguir el tricampeonato, el objetivo principal es empezar un nuevo proyecto deportivo de fútbol más propositivo para la siguiente temporada.
Una de las principales críticas del Alianza Lima de esta temporada es la falta de construcción desde la mitad de la cancha. En tal sentido, se ha resaltado reiteradas veces que su principal virtud es la buena defensa (es el equipo que menos goles ha recibido en el año), pero que lo que le cuesta es la generación colectiva, pues ha recurrido muchas veces a los individualismos para poder ganar los partidos. En tal sentido, desde el club íntimo consideran que Larriera es aquel técnico que trabaje aquello de lo que el equipo actualmente carece (ideas ofensivas) y que siga manteniendo fuerte el bloque defensivo.
Asimismo, un punto en favor de Larriera es que ya conoce el medio peruano y, precisamente, con Alianza Lima. Cabe recordar que fue asistente técnico de Gerardo Pelusso en su paso por el cuadro íntimo en el 2007, un año después de que el mismo entrenador haya podido consagrarse campeón nacional en el 2006. Por otro lado, en Alianza Lima están convencidos de que, más allá de conocer al equipo íntimo por dentro, también sepa lo que es trascender con un club grande a nivel nacional e internacional, como lo hizo con Peñarol en su última experiencia laboral.
Trayectoria de peso
Mauricio Larriera inició como asistente técnico de Gerardo Pelusso entre los años 2007 y 2013 en clubes como Alianza Lima, Nacional, Universidad de Chile, Olimpia y la selección de Paraguay. Luego se abrió paso como entrenador y su primera experiencia fue con Sol de América (2013), luego pasó a Racing de Montevideo (2013-2014).
Continuó con Defensor Sporting (2014-2016), tiempo en el que logró su primer premio como mejor entrenador del torneo uruguayo (2015), y la primera vez que salió del continente fue con Al-Wakrah de Qatar entre 2015 y 2017. Luego volvió al fútbol sudamericano para dirigir a Godoy Cruz (2017-2018) y pasó a O’Higgins de Chile hasta el 2019. Ese mismo año continuó en Danubio una temporada y luego dirigió a Montevideo Wanderers en el 2020.
Sin duda alguna, su mejor momento como entrenador fue el más reciente al mando de Peñarol, el equipo más grande que le tocó dirigir y donde, desde su llegada, contó con el respaldo del director deportivo del club, Pablo Bengoechea. Su paso por el ‘negriamarillo’ se dio desde diciembre del 2020 hasta agosto del 2022. En ese lapso de tiempo, Larriera consiguió el Torneo Clausura del 2021 y el título nacional 2021, lo que le valió su segundo premio como mejor entrenador del fútbol uruguayo esa temporada.
Aquel mismo año, Larriera también llegó a las semifinales de la Copa Sudamericana luego de eliminar a Sporting Cristal por 3-1 de visita y 1-0 de local. Al año siguiente, en el 2022, alzó la supercopa uruguaya. Su último partido al mando de Peñarol fue el 1 de agosto y, desde entonces, no ha vuelto a dirigir.
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