Mauricio Larriera asumió como entrenador de la lepra rosarina y vivirá esa pasión extrema que viven en la ciudad de Rosario con el fútbol y con el clásico. El entrenador viene de dirigir a los aliancistas, pero perdió la final con los cremas de Jorge Fossati, en un fulguroso clásico limeño, y terminó por dar un paso al costado.
Larriera, campeón uruguayo con Peñarol en 2021 y un entrenador respetado a nivel continental, empezó su carrera en Sol de América de Paraguay, en 2013, tras haber sido ayudante de Gerardo Pelusso. Su primera experiencia en Uruguay como entrenador principal fue en Racing en 2014. Además, en nuestro país, entrenó a Defensor Sporting, Danubio, Wanderers y Peñarol. En el exterior, además del debutante equipo paraguayo, dirigió a O'Higgins de Chile, Al-Wakrah SC de Qatar y Godoy Cruz de Mendoza; esta última su experiencia en Argentina hasta el momento.
El equipo leproso -que cuenta en su plantilla con los uruguayos Armando Méndez y Guillermo May- no pudo avanzar a cuartos de final de la Copa de la Liga que se está definiendo. Quedó sexto en la zona B con 18 puntos, a dos de la zona de clasificación. En la tabla Anual fue 15°, con 53 unidades, a cuatro puntos de los puestos de la Copa Sudamericana.
El director técnico, que también ganó la Supercopa Uruguaya de 2022, sumaría un nombre propio de la institución dentro de su cuerpo técnico, debido a un pedido de la Comisión Directiva, aunque todavía no se sabe quién ocupará dicho cargo. El contrato se extiende hasta diciembre del año que empieza.
“Hay sensaciones bien profundas de llegar a un club con la mística y la historia que tiene Newell's y por todas esas personalidades del fútbol que andan caminando por el mundo con buen suceso”, dijo el técnico uruguayo. Y agregó: “Es muy importante el desear ir a un club, que tiene que tener determinadas características, por lo menos para mí, que soy una persona que me movilizan determinadas cuestiones del fútbol, su esencia y su historia, y coincide mucho hasta con la parte filosófica que tiene Newell's”.
En sus primeras palabras al frente del club rosarino, el floridense prosiguió: “Los entrenadores recorremos dos aspectos, que tienen que ver con la ciencia y con lo artesanal. Desde el punto de vista científico, todo lo que tiene que ver con lo académico, con los sistemas, los métodos de entrenamiento. En eso estoy tranquilo, estoy confiado en lo que podemos hacer. Pero le doy una importancia fundamental al aspecto humano, porque es una actividad humana, tiene que ver mucho con la conducción, con la cercanía con el futbolista. En lo futbolístico, vamos a intentar, siempre que podamos, tener un equipo competitivo, que vuelva a estar en los lugares donde tiene que estar Newell's, que tome la iniciativa, y algunos aspectos tácticos que van de la mano de lo que es la filosofía del club. Eso me pone muy contento y es un privilegio”.
En entrevista con la diaria el año pasado, Larriera se refería a esa esencia y a esa pasión en la que se fundan miles de sus estrategias. Dijo: “Siento pasión por el juego y estoy aborreciendo todo lo que lo rodea, por eso a donde creo que hay que llegar es al corazón del futbolista. La esencia es el juego, el espíritu agonístico, el fútbol del barrio, el espíritu amateur que está en el corazón del futbolista”. Newell's parece tener quien le escriba.