01/05/2024

Tras la era Reynoso: ¿por qué es tan importante una victoria de Perú en el debut de Fossati?

Hace 1 meses

Tras la era Reynoso: ¿por qué es tan importante una victoria de Perú en el debut de Fossati?

Jorge Fossati todavía no debutó como técnico de la selección peruana, pero convive con la escasez de recursos y la necesidad de ganar para recuperar la confianza y renovar la fe. ¿Qué tan posible es el triunfo?

Jorge Fossati todavía no debutó como técnico de la selección peruana, pero convive con la escasez de recursos y la necesidad de ganar para recuperar la confianza y renovar la fe. ¿Qué tan posible es el triunfo?

Una selección peruana tan golpeada emocionalmente necesita recuperar la alegría de jugar y por eso Fossati hizo bien al momento de cambiar a los rivales para la fecha FIFA de marzo. Quizá la experiencia de su larga trayectoria le permitió desarrollar un sexto sentido muy cercano a lo intuitivo que pocos técnicos poseen para leer la situación y entender qué hacer. Antes de su llegada, íbamos a jugar contra Italia (extraoficialmente), el último campeón de Europa, sin reparar siquiera en cómo estábamos. Pero el uruguayo asumió el cargo y cambió los planes astutamente. Le bastó mirar la tabla, conversar con algunos referentes y con Juan Carlos Oblitas para tomar esa decisión.

De boca para afuera Fossati justificó los amistosos contra Nicaragua y República Dominicana, afirmando que eran los rivales idóneos para prepararse de cara a la Copa América. Pero esa medida encerró un detalle no menor que es necesario mencionar: en el fútbol, lo anímico es tan importante como clasificar a un Mundial. Fossati hizo bien en priorizar lo emocional por encima del grado de complejidad, aceptando rivalizar contra selecciones que, modestia aparte, no exigen igual que la ‘Azzurra’ en materia futbolística. Su lectura fue acertada, sobre todo en un momento como el que la bicolor atraviesa.

Seamos sinceros: lograr un triunfo ante Nicaragua o República Dominicana es más probable que hacerlo contra Italia o cualquier otra selección europea. Y lo que Perú necesita es, precisamente, recuperar la alegría. Fossati entendió que lo emocional juega un rol clave en esta selección y para él es determinante empezar su proceso con una victoria que reconforte y le devuelva la seguridad perdida por el paso de su antecesor. El uruguayo es consciente de que, a veces, un breve instante de felicidad es la medicina perfecta para aliviar el dolor. Es decir, hacer una especie de borrón y cuenta nueva de resultados, como si quisiera rememorar los tiempos en el que se disfrutaba ver jugar a la bicolor.

¿Por qué es tan importante ganar?

Históricamente, nos han enseñado que los amistosos son partidos de preparación, donde cada equipo ensaya sus variantes, pone a prueba nuevas estrategias e intenta sacar conclusiones apresuradas de lo que puede ofrecer. Sin embargo, este partido con Nicaragua tiene un matiz diferente, porque importa mucho más el qué sobre el cómo. Para Fossati, el resultado a favor aparece como una necesidad, quizá sin la presión de jugar por los puntos en la Copa América o las Eliminatorias, pero sí con la urgencia de acabar con una mala racha de resultados que se arrastra desde el proceso anterior.

Pongámonos en el mejor de los casos.

Esta selección está tan alicaída anímicamente que en el radar no se contempla un resultado adverso. Si consigue ambos triunfos en sus dos primeros amistosos, ¿no es acaso el arranque soñado para Fossati en la bicolor? El uruguayo no es de los técnicos resultadistas, porque en los equipos que dirigió siempre buscó la manera de dejar su sello, pero en este caso apunta primero a reconquistar a los desilusionados para luego darle paso a la idea de juego. Y para eso tendrá que hilar fino dentro de una camerino golpeado y falto de confianza, donde el resultado ha sido esquivo y la posibilidad de reinventarse es una obligación si se quiere revertir la situación.

Fossati no ha dirigido ningún partido y la presión que hay por ganar es tanta que parece algo inaudito. Ni siquiera Ricardo Gareca, cuando perdió en su debut ante Venezuela (0-1) en marzo del 2015; o Juan Reynoso, cuando cayó en su estreno frente a México (0-1) en septiembre del 2022, vivieron esa necesidad de victorias que hoy le toca experimentar al uruguayo. Esto recién empezará, pero se le pide un cambio a Fossati que es imposible consumarlo en dos partidos. Lo que sí está a su alcance es darle un poco de alegría a una nación que lleva más de nueve meses sin celebrar una victoria.


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