- Imprimir
Lionel Messi dio la orden de que la Selección Argentina abandone el campo de juego del Maracaná luego de los graves incidentes que se produjeron en la tribuna, en la previa del clásico ante Brasil por la fecha 6 de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de 2026.
Mientras sonaba el himno de la Verdeamarela, comenzaron los empujones y los golpes de puño entre hinchas de ambos equipos y la policía militar no tardó en intervenir. El clima violento creció con el correr de los minutos e incluso varios simpatizantes argentinos saltaron al campo para tratar de evitar la agresión.
"Siempre igual acá. Venimos a vivir una fiesta y mirá lo que es esto", dijo Lautaro Martínez.
Los futbolistas de ambas selecciones saltaron los carteles y se acercaron a la tribuna para tratar de calmar los ánimos, pero ante la imposibilidad de lograrlo, el capitán de la Albiceleste le indicó a sus compañeros que debían irse.
Con un claro gesto de "No" dirigido a los árbitros, Leo dijo "Nos vamos" y encaró rumbo al vestuario. El resto lo siguió.
Mientras tanto, el dueño de casa se quedó en la cancha y el técnico Fernando Diniz reunió a sus futbolistas para una charla. "Había familias, chicos. Queríamos tranquilizarlos para que sea una fiesta bonita. Esperamos que pueda jugarse", aseguró el capitán Marquinhos.
El presidente de la AFA, Claudio Tapia, ingresó al campo, dialogó con integrantes del cuerpo técnico de Lionel Scaloni y luego se acercó a los árbitros.
Finalmente, casi 20 minutos después, la Selección Argentina regresó para la disputa del encuentro.