Cuando Simaray y su esposo Samuel llegaron a Denver, en Estados Unidos, con su hijo de seis años, Santi, se encontraban en una situación desesperada. Estaban alojados en un hotel que funcionaba como albergue temporal para migrantes, pero su tiempo en ese lugar estaba por agotarse. No tenían trabajo, ni un lugar donde vivir, y su futuro era incierto.
En busca de cualquier tipo de ayuda, Simaray publicó un mensaje en un grupo de Facebook de su barrio en Denver, explicando su situación.En menos de 30 minutos, recibió una respuesta inesperada: "Hola Sima, ¡bienvenidos a Denver! Puedo intentar ayudarte un poco". Simaray se sorprendió de la rapidez con la que alguien le había respondido, pero no sabía que ese mensaje marcaría un antes y un después en su vida.
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El almuerzo que transformó una relación
Aquel mensaje provenía de Courtney, una mujer de Denver que, junto con su familia, había leído la publicación de Simaray. Acordaron encontrarse en persona unos días después. Cuando se encontraron, Courtney llegó con su esposo, Mike, y dos de sus tres hijos. Durante el almuerzo, las barreras del idioma fueron superadas gracias a que Mike hablaba español y ayudó a traducir la conversación entre las dos familias.
Simaray y Samuel comenzaron a contarles a sus nuevos amigos estadounidenses sobre su difícil travesía: los ocho países que atravesaron para llegar a Estados Unidos, los peligros del viaje, y cómo habían tenido que enfrentar situaciones extremas, como ver a personas caer al vacío en la selva. Contaron cómo se habían visto obligados a salir de Venezuela por la grave crisis económica y política.
La conversación pronto se convirtió en una charla amistosa, pero al final del almuerzo, Mike hizo una revelación que dejó sorprendidos a Samuel y Simaray. "Soy el alcalde de Denver", dijo en español.
Ccuando regresaron al hotel y Samuel buscó el nombre de Mike en Google, la verdad quedó clara: Mike Johnston era efectivamente el alcalde de Denver.
Un gesto de humildad y solidaridad
Cuando Simaray y Samuel se dieron cuenta de que estaban almorzando con Mike Johnston, el alcalde de Denver, se sorprendieron, ya que en Venezuela los políticos no interactúan con la gente común. Sin embargo, la humildad y el apoyo genuino de Mike y su esposa Courtney les impresionaron profundamente. Los Johnston invitaron a la familia venezolana a su hogar, les ayudaron a encontrar alojamiento, comprar muebles y organizar una venta de garaje para recaudar dinero para el alquiler. La hija de los Johnston también contribuyó vendiendo su casa de muñecas.
La amistad entre ambas familias creció rápidamente. Los Johnston continuaron ayudando, incluso ayudaron a la hermana de Simaray y sus hijos a encontrar vivienda. Cuando Santi, el hijo de Simaray, enfermó, Courtney lo acompañó al hospital, lo que fortaleció aún más su lazo.
Un futuro incierto pero lleno de esperanza
Hoy, Simaray y su familia han encontrado estabilidad gracias al apoyo de los Johnston: Samuel tiene un empleo estable, Simaray trabaja en el mismo hospital y su hijo Santi asiste a la escuela. El alcalde Mike Johnston ha utilizado esta historia para mostrar cómo Denver superó la crisis migratoria y convirtió un desafío en una oportunidad para unir a la comunidad. La amistad entre ambas familias sigue viva, aunque sus vidas hayan tomado diferentes rumbos.
Lo que comenzó como un simple mensaje de ayuda en Facebook se convirtió en una lección de solidaridad, mostrando que un pequeño gesto de bondad puede cambiar vidas para siempre.