Lo que comenzó como una ilusión se ha vuelto en una completa decepción en la Gran Manzana. Fue en 2023 que Aaron Rodgers llegó a los New York Jets con la esperanza de volverlo un equipo contendiente, pero ha sido todo lo contrario. Las credenciales parecían respaldarlo: cuatro nombramientos al MVP y algunas historias de quarterbacks que cambiaron su fortuna en otro equipo y ganaron un anillo más.
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En su momento, Peyton Manning dejó a los Indianápolis Colts y conquistó su segundo Super Bowl con los Denver Broncos; Tom Brady hizo lo propio y pasó de los New England Patriots a los Tampa Bay Buccaneers; incluso Matthew Stafford salió de los Detroit Lions y encontró la gloria en su primer año con Los Angeles Rams, pero la historia de Rodgers en NY ha sido completamente diferente: en su segundo año con los Jets, están con récord de 3-10 y están oficialmente eliminados de la contienda por los playoffs.
Para entender esta situación, solo basta con ver que los Jets jugaron postemporada por última vez en 2010, cuando todavía estaban Rex Ryan como entrenador en jefe y Mark Sánchez era su quarterback. En aquel entonces, llegaron hasta el Juego de Campeonato de la Conferencia Americana.
Desde entonces, llevan 14 años de sequía, más que ningún otro equipo no solo de la NFL, sino de cualquier otra de las tres competencias deportivas más importantes de los Estados Unidos: NBA, MLB y NHL.
Crónica de un fracaso
Aaron Rodgers tuvo el beneficio de la duda al solo tener cuatro jugadas antes de sufrir una rotura del tendón de Aquiles que puso fin a su campaña. Pero este año estuvo sano y, tras 14 semanas de actividad, los neoyorquinos no cumplieron con su rol de aspirantes al trofeo Vince Lombardi y perdieron su última carta este domingo, cuando cayeron en tiempo extra ante los Miami Dolphins (32-26).
El inicio de 2-3 en la campaña generó preocupaciones y fue el head coach Robert Saleh quien pagó los platos rotos, luego de que el dueño Woody Johnson decidió despedirlo de forma sorpresiva tras la derrota ante Minnesota Vikings en Londres (23-17).
Lejos de haber una mejoría, el equipo cayó estrepitosamente con solo una victoria y siete derrotas. El gerente general Joe Douglas fue despedido durante este oscuro tiempo y los Jets perdieron cuatro de esos partidos por menos de una posesión de diferencia.
Aunque se hablaba que Rodgers sería sentado por su pobre rendimiento – al momento lleva 289 pases completos en 458 oportunidades para 2,966 yardas, con 20 pases de anotación y ocho intercepciones– lo cierto es que el entrenador interino Jeff Ulbrich lo confirmó como titular el resto de la campaña, aunque el equipo no da muestras de mejoría más que ese encuentro ante Miami, donde Rodgers superó la barrera de las 300 yardas por primera vez en el año.
Aunque tiene un roster repleto de talento en ataque (el corredor Breece Hall y el receptor Garrett Wilson son jóvenes con mucho talento, sin olvidar que le trajeron a Davante Adams vía canje), además de tener estrellas en defensa (Sauce Gardner es considerado un cornerback Top 5 de la Liga), los Jets no han cuajado bien en este proyecto y parece que el camino que toman no es el indicado.
AVV