La posible clausura de la planta de PepsiCo en Liberty preocupa a la comunidad, ya que afectaría a 287 empleados. Con casi 30 años de operación, ha sido clave en la economía local. Autoridades y trabajadores esperan claridad sobre el futuro y alternativas para minimizar el impacto en Estados Unidos.
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La fábrica de PopCorners en Liberty enfrenta problemas para seguir operando. PepsiCo explicó que el crecimiento del producto y los cambios en la industria han hecho insostenible su funcionamiento. La empresa valora el esfuerzo de sus empleados, pero el cierre genera incertidumbre en la comunidad.
Asimismo, la industria de alimentos procesados atraviesa una transformación, impulsando a las empresas a optimizar sus operaciones y centralizar la producción en plantas más eficientes. El alza de costos, la automatización y cambios en el consumo han llevado al cierre de fábricas con años de historia.
Una planta con larga trayectoria
La industria de alimentos procesados evoluciona, llevando a empresas a optimizar sus procesos y centralizar la producción. El alza de costos, la automatización y los cambios en el consumo han forzado el cierre de fábricas con años de historia para reorganizar sus cadenas de suministro.
La planta de Liberty, fundada en 1997 como Ideal Snacks, creció en 2003 y fue adquirida por PepsiCo en 2019. En 2017 despidió a 200 empleados y en 2022 la instalación de Middletown redujo su personal en un tercio. Su historia refleja los desafíos del sector manufacturero en la región.
La reacción de autoridades en NY
Autoridades locales reaccionaron de inmediato al posible cierre de la planta. En un comunicado, la presidenta de la Legislatura del Condado de Sullivan, el supervisor de Liberty y la alcaldesa expresaron su preocupación y se comprometieron a trabajar con PepsiCo y otras entidades para apoyar a los empleados afectados.
El cierre de la planta de Liberty no solo implica la pérdida de empleos, sino también un duro golpe para la comunidad que dependió de ella por casi 30 años. Aunque PepsiCo busca una transición ordenada, el futuro de los 287 trabajadores sigue siendo incierto y genera gran preocupación.
Autoridades locales han reafirmado su compromiso de encontrar soluciones. “Aunque esta noticia es devastadora, como comunidad unida enfrentaremos este desafío y construiremos un mejor futuro”, señalaron Rajsz, DeMayo y Stoddard, destacando la importancia de la cooperación ante la crisis.
La clausura de la planta en Liberty refleja los desafíos que enfrentan las comunidades rurales en un entorno económico cambiante, donde las decisiones empresariales pueden traer consecuencias profundas y de largo plazo, afectando tanto el empleo como la estabilidad de la región.