Durante la presidencia de Donald Trump, la ofensiva contra los inmigrantes se intensificó, afectando no solo a los individuos, sino también a las ciudades y estados que decidieron ofrecerles apoyo. En este marco, Nueva York se destacó por su postura en defensa de los inmigrantes. Bajo el liderazgo de la gobernadora Kathy Hochul, el estado adoptó medidas para evitar colaborar con las autoridades migratorias federales.
No obstante, dos condados de Nueva York decidieron dar un giro contrario, comprometiéndose a colaborar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). En esta nota te comentamos todos los detalles de esta drástica decisión.

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Rensselaer y Nassau: los dos condados que desafían a la gobernadora de Nueva York
Según El Tiempo, los condados de Rensselaer y Nassau han sido los primeros en sumarse a ICE en la persecución de inmigrantes indocumentados. Desde 2018, Rensselaer ha trabajado de cerca con agencias federales bajo el programa 287(g), diseñado para reforzar la colaboración local con ICE. El ejecutivo del condado, Steve McLaughlin, fue uno de los primeros en implementar esta estrategia para identificar y reportar a inmigrantes con antecedentes penales.
Este mes, Nassau siguió el mismo camino. Su ejecutivo, Bruce Blakeman, se adhirió al programa 287(g) y no solo anunció su disposición a colaborar con ICE, sino que además asignó 50 celdas especiales para inmigrantes con antecedentes criminales y 10 detectives con autoridad para hacer arrestos por razones migratorias. La postura de estos condados marca un giro importante en un estado que ha sido un bastión de políticas progresistas hacia los inmigrantes.
Nueva York como ciudad santuario: un principio desafiante
A nivel federal, la política migratoria de Trump ha sido una de las más agresivas de los últimos años, buscando la deportación masiva de migrantes indocumentados y presionando a los estados y ciudades para que colaboren con ICE. Sin embargo, Nueva York ha mantenido su postura como ciudad santuario, una política que busca proteger a los migrantes limitando la cooperación con agencias federales de inmigración.
La legislación local, como la Ley de Privacidad, asegura que la ciudad no comparta información sobre el estatus migratorio de sus residentes con ICE y permite que los inmigrantes accedan a servicios municipales independientemente de su estatus.
Esta política ha sido cuestionada por los condados de Rensselaer y Nassau, cuyos gobiernos locales se han alineado con el gobierno federal, desafiando abiertamente a la gobernadora Hochul y su visión del estado.
El futuro de la inmigración en Nueva York
La división en el estado refleja la creciente polarización en torno a la inmigración en Estados Unidos. Mientras algunas partes del país adoptan medidas más estrictas, otras buscan proteger a los migrantes, creando un escenario de tensión que podría continuar moldeando la política en los próximos años.
Lo que es claro es que la postura de Nueva York, defendida por la gobernadora Hochul, enfrenta ahora un desafío significativo con la creciente resistencia de ciertos condados que ven en la cooperación con ICE una forma de garantizar la seguridad pública.