Desde su mandato, el expresidente Donald Trump ha continuado promoviendo una política migratoria más estricta, y ahora, con el regreso al poder, ha implementado una nueva y radical estrategia para agilizar las deportaciones. Su objetivo es deportar a más de un millón de inmigrantes indocumentados que ingresaron a Estados Unidos durante la administración de Joe Biden, utilizando un mecanismo conocido como "expulsión acelerada".

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¿En qué consiste la "expulsión acelerada"?
Este proceso permite la deportación de inmigrantes sin necesidad de una audiencia previa ante un juez de inmigración. Según el memorando de febrero de 2025 del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), los inmigrantes que no puedan demostrar que han vivido de manera continua en EE. UU. por más de dos años serán objeto de esta expulsión rápida. Además, la deportación conlleva una prohibición de reingreso de cinco años.
Los inmigrantes que cruzaron la frontera de manera ilegal o aquellos que no se presentaron a las citas migratorias tendrán que enfrentar esta medida. También están incluidos los que se quedaron en EE. UU. con visa de turista y comenzaron a trabajar sin autorización, o aquellos que usaron documentación falsa. Este enfoque tiene como objetivo desalentar la inmigración ilegal y acelerar el proceso de expulsión.
Reacciones y preocupaciones
Si bien la administración Trump considera esta medida como un paso necesario para reforzar la seguridad nacional, organizaciones de derechos humanos y expertos en inmigración han expresado su preocupación. Las deportaciones sin un debido proceso pueden resultar en errores, afectando a personas que podrían tener derecho a permanecer en el país.
Esta nueva estrategia representa un enfoque más agresivo de la política migratoria de Trump, que sigue sus esfuerzos por cumplir con sus promesas electorales.