En los últimos meses, el Ejército de Estados Unidos ha incrementado la contratación de personas con sobrepeso. Según información oficial, alrededor del 14% de los hombres y mujeres aceptados en el curso de soldados tenían un peso corporal que excedía los límites establecidos.

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El límite aceptable de grasa corporal varía según la edad y el género: entre el 26% y 36% para mujeres, y del 18% al 26% para hombres. Aquellos que superan este límite en un 19% entran en la categoría de "individuo con obesidad", lo que tradicionalmente los excluía del reclutamiento militar.
Crisis de reclutamiento desde 2022
Desde 2022, el Ejército ha enfrentado dificultades para alcanzar sus objetivos de reclutamiento. Esta crisis llevó a flexibilizar los estándares físicos para ampliar la base de candidatos elegibles en EE. UU. Aunque la medida ha permitido revertir la tendencia en 2024, ha sido objeto de críticas por los riesgos asociados a la salud de los nuevos reclutas con sobrepeso.
El curso de inducción al Ejército ayuda a las personas que superan ligeramente el límite de peso a adelgazar. Sin embargo, la pérdida de peso se da de manera rápida y, en muchos casos, sin la debida supervisión médica o dietética, lo que aumenta los riesgos para la salud de los participantes.
Preocupaciones y perspectivas futuras
La inclusión de personas con obesidad en las filas militares ha generado preocupación en diversos sectores. Mientras algunos argumentan que es una medida necesaria para mantener la capacidad operativa del Ejército, otros señalan los posibles problemas de salud y rendimiento que podrían surgir.
A medida que el Ejército de Estados Unidos continúa adaptándose a los desafíos de reclutamiento, será crucial equilibrar la necesidad de personal con la salud y el bienestar de sus soldados, garantizando que las políticas implementadas no comprometan la eficacia y seguridad de las fuerzas armadas.