¡Atención! La residencia permanente en Estados Unidos, o 'Green Card', otorga a los inmigrantes la posibilidad de vivir y trabajar indefinidamente en el país. Sin embargo, este estatus implica algunas limitaciones que es importante conocer.
En los últimos años, las políticas migratorias han experimentado cambios importantes que han impactado a diversas comunidades. Las medidas antiinmigración adoptadas durante la administración de Donald Trump, por ejemplo, ha generado efectos negativos en el mercado laboral estadounidense, dificultando la contratación de trabajadores inmigrantes esenciales en sectores como el cuidado y la hostelería. AQUÍ los detalles.
PUEDES VER: Buenas noticias para inmigrantes: esta es la nueva extensión del permiso de trabajo en Estados Unidos
Deportaciones en EEUU: ¿El ICE te puede expulsar pese a tener Green Card?
La Green Card brinda múltiples beneficios a quienes la poseen, sin embargo, ciertos comportamientos pueden comprometer este estatus migratorio. Entre las principales razones que podrían llevar a la deportación de residentes permanentes se encuentran:
- Delitos graves: La realización de crímenes serios, como asesinato, violación o tráfico de drogas y armas, puede resultar en la anulación de la residencia.
- Reincidencia en delitos menores: Aunque un delito menor aislado no necesariamente conlleva a la deportación, la repetición de infracciones, como el robo o la violencia doméstica, puede ser suficiente para perder el estatus migratorio.
- Fraude o tergiversación: La entrega de información falsa en documentos oficiales, ya sea en solicitudes de beneficios públicos o durante el proceso migratorio, es una de las causas más frecuentes que conducen a la deportación.
- Infracciones a las leyes de inmigración: Participar en actividades como facilitar la entrada ilegal de personas al país o involucrarse en matrimonios fraudulentos para obtener beneficios migratorios puede acarrear consecuencias severas.
¿Qué sucede después de una orden de deportación?
La deportación de un individuo hacia Estados Unidos trae consigo una serie de repercusiones que pueden influir en su futuro. En primer lugar, la persona deportada podría enfrentar una prohibición de reingreso que varía entre 5, 10 o 20 años, e incluso puede ser de carácter permanente en casos considerados graves.
Esta medida también conlleva la pérdida de todos los beneficios asociados a la residencia permanente, lo que incluye el derecho a trabajar y el acceso a ciertos servicios sociales. Además, la separación de la familia y la comunidad genera un impacto emocional y económico significativo, afectando tanto al deportado como a sus seres queridos.