Un estudio reciente publicado en la revista Nature Geoscience, liderado por el científico ambiental Kazumi Ozaki, ha revelado que la atmósfera terrestre podría quedarse sin oxígeno en aproximadamente mil millones de años. Esta investigación se basó en cerca de 400,000 simulaciones que analizaron la evolución de los gases atmosféricos, sugiriendo que la Tierra podría transformarse en un planeta rico en metano, similar a sus condiciones primitivas.
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Causas del agotamiento de oxígeno
El principal factor detrás de esta desoxigenación es el envejecimiento del Sol. A medida que nuestra estrella envejece, su temperatura aumenta, lo que provoca una mayor emisión de energía. Este incremento en la luminosidad solar acelerará la meteorización de los minerales de silicato, reduciendo gradualmente los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. Con menos CO₂ disponible, la fotosíntesis de las plantas se verá afectada, disminuyendo la producción de oxígeno.
Impacto en la vida terrestre
La disminución del oxígeno afectará primero a las plantas que realizan fotosíntesis C3, que podrían desaparecer cuando las concentraciones de CO₂ caigan por debajo de 50 partes por millón en aproximadamente 600 millones de años. Las plantas C4, más eficientes en condiciones de bajo CO₂, podrían sobrevivir hasta dentro de 1,000 millones de años. Sin embargo, eventualmente, la falta de oxígeno llevará a la extinción de organismos multicelulares, dejando solo a los procariotas como formas de vida predominantes.
Este fenómeno no es inédito en la historia de nuestro planeta. Hace unos 2,400 millones de años, durante el Eón Arcaico, la atmósfera terrestre carecía de oxígeno libre, y la vida estaba compuesta principalmente por microorganismos anaerobios. La futura desoxigenación podría recrear condiciones similares, afectando drásticamente la biodiversidad y la habitabilidad del planeta.
Implicaciones para la humanidad
Aunque este escenario se proyecta a muy largo plazo, resalta la importancia de comprender la dinámica atmosférica y la influencia del Sol en nuestro planeta. Si bien la humanidad no enfrentará esta crisis en un futuro cercano, es crucial considerar cómo los cambios en la atmósfera pueden afectar la vida en la Tierra a largo plazo.
Este estudio también tiene implicaciones para la búsqueda de vida en otros planetas. La presencia de oxígeno en la atmósfera de un exoplaneta se considera un posible indicador de vida. Sin embargo, la investigación sugiere que los niveles de oxígeno pueden fluctuar significativamente a lo largo del tiempo, lo que podría complicar la detección de vida extraterrestre basada únicamente en este criterio.