El control migratorio en EE. UU. se encuentra atravesando una nueva etapa. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) impactó al ampliar recientemente el uso de lectores automáticos de matrículas (ALPR), dispositivos que registran las placas de los vehículos y permiten rastrear su ubicación en tiempo real.
Estas actualizadas cámaras, instaladas en postes, carreteras y patrullas, comparan la información recopilada con bases de datos policiales y privadas para detectar patrones de movimiento y posibles vínculos entre los conductores. En esta nota, más detalles.

PUEDES VER: MUCHA ATENCIÓN con Walmart: esto pasará, a partir de AHORA, tras la alarmante renuncia del director ejecutivo Doug McMillon
¿Qué puede saber ICE con esta tecnología?
Según AS USA, los ALPR permiten conocer quién es el dueño del auto, dónde vive, dónde trabaja y cuáles son sus trayectos habituales. Organizaciones como Immigrant Defense Project (IDP) advierten que este tipo de vigilancia podría convertir cualquier vehículo asociado a una persona indocumentada en un objetivo permanente.

Cámaras de lectores de placas instaladas en autopistas de EE. UU. rastrean autos vinculados a inmigrantes.
Los defensores de migrantes alertan que estas herramientas facilitan detenciones selectivas y operativos encubiertos, sin interacción humana directa. “La placa del auto se convierte en un punto de rastreo constante”, denunció el IDP.
Activistas exigen límites al rastreo de ICE
Frente al aumento de críticas, legisladores en distintos estados están evaluando nuevas regulaciones para limitar la retención de datos y evitar que se compartan automáticamente con las autoridades migratorias. Por su parte, abogados de la ACLU recuerdan que, incluso durante un control vehicular, las personas pueden hacer valer sus derechos constitucionales: solicitar la identificación del agente, conocer el motivo de la intervención y permanecer en silencio hasta consultar con un abogado.
Para diversas organizaciones civiles, el uso avanzado de la tecnología ALPR representa un cambio radical, al sustituir las patrullas visibles por algoritmos capaces de vigilar millones de desplazamientos diarios. La principal preocupación es que la seguridad pública se utilice como pretexto para una vigilancia masiva carente de supervisión.
¿Qué pueden hacer los inmigrantes para proteger su privacidad?
Especialistas recomiendan evitar registrar vehículos a nombre de personas con riesgo migratorio, revisar las leyes estatales y solicitar apoyo legal si se sospecha de un uso abusivo de datos. También sugieren conocer los recursos de las organizaciones locales de defensa. Aunque la tecnología avanza rápido, los derechos permanecen. Activistas insisten en que ningún sistema automatizado puede justificar la discriminación o el seguimiento sin causa. El debate sobre la vigilancia ya está sobre la mesa y promete intensificarse en los próximos meses.