Su presencia nunca pasa desapercibida. Creó una imagen que supo explotar adecuadamente desde el márketing, más allá de sus naturales virtudes futbolísticas. El cabello rubio no consigue disimular sus inconfundibles rasgos asiáticos y su 1,82 metros de estatura imponen respeto entre quienes se le acercan para obtener el ansiado autógrafo o retratarlo en una selfie, si es que consiguen que esboce al menos una sonrisa.
El día en que Gabriel Batistuta arruinó el debut mundialista de Japón
Keisuke Honda es el símbolo de este Japón que vuelve a tutearse en la elite del fútbol mundial, con su sexta participación mundialista consecutiva tras su debut en 1998. Un jugador polifuncional, que bien puede exponer sus cualidades como delantero y volante creativo, o aventurarse a cumplir el rol de marcador lateral izquierdo. De impecable técnica en el manejo de la pelota y un especialista en la ejecución de los remates de tiro libre, con tres tantos en siete partidos es el máximo goleador histórico del seleccionado en la Copa del Mundo.
Honda, símbolo del buen fútbol en Japón. (Foto Zimbio)
A los 12 años, cuando dejó el Settsu infantil y se sumó al equipo de la escuela Seiryo, en Ishikawa, aventuró sobre su futuro: "Cuando sea mayor quiero convertirme en el mejor futbolista del mundo. Seré famoso porque jugaré mundiales y firmaré con un equipo de la Serie A. Seré titular, con el número 10".
La creación en 1992 de la J1-League para potenciar a los juveniles que sobresalían por su habilidades y destrezas permitió que su sueño empezara a cristalizarse. Honda fue el líder de su generación. Un futbolista distinto que por entonces cautivaba a todos por su eléctrico desplazamiento, deslumbraba en cada amago y sorprendía con la efectividad de sus remates de larga y media distancia.
En 2017, Honda fue el fichaje más caro de Pachuca. (Foto Pachuca VIve Com)
La currícula de su vasta trayectoria da cuenta, tras su aparición en 2004 como profesional en Nagoya Grampus Eight, de exitosos pasos en el VVV-Venlo holandés y CSKA de Moscú (logró cuatro títulos nacionales entre 2011 y 2013), para arroparse la camiseta 10 del Milan durante cuatro temporadas y obtener la Supercopa italiana en 2016. En julio del año pasado se transformó en el fichaje más caro en la historia del Grupo Pachuca mexicano. Ahora jugará por tercera vez consecutiva un Mundial, tras haber estado en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Su talento le permitió alcanzar la fama con el mote de "El emperador Keisuke" y conquistar el mercado publicitario, al punto de trazar una comparación exitosa con Oliver Atom, el protagonista principal de los Supercampeones, una serie japonesa de animé que cautivó a millones de niños en el mundo. Otros lo asocian con Seisuke Kanō, un virtuoso que jugó y fue el capitán de Milan, el hermano mayor de Kyōsuke Kanō en la serie manga Hungry Heart: Wild Striker.
Cuatro temporadas con la "10" en Milan. (Foto The Best Fútbol)
"Todos tienen la oportunidad de alcanzar sus sueños con determinación, trabajando duro, sin rendirse", es su frase de cabecera. Esa prédica se dispuso a multiplicarla. En 2007 creó el holding familiar "Honda Estilo" que poco después generó el Soltilo Global Soccer, para fomentar la educación infantil y el emplazamiento de unas 80 escuelas de fútbol en Estados Unidos y algunos países emergentes como Malasia, Tailandia, Uganda, Camboya y Vietnam.
Además, concibió la fundación "Change The World" y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo nominó como defensor global de la juventud. Desde junio de 2015 es copropietario de SV Horn, un club que en la temporada siguiente ascendió a la Segunda División austríaca y al que se suman los chicos que sobresalen por su buen comportamiento y superación deportiva.
Su tarea con los chicos en las escuelas de fútbol. (Foto Soltilo Soccer)
"Quería contribuir en algo a la sociedad, permitir que los niños tengan una oportunidad para desarrollarse y emprender su propio camino. Esa es mi misión y la será cuando deje de ser futbolista", comentó.
Relegado al banco de suplentes por el DT franco-serbio Vahid Halilhodzic en el partido decisivo ante Australia por la clasificación a Rusia, Keisuke Honda nuevamente está en la consideración del flamante entrenador Akira Nishino. A los 31 años, uno de los referentes de Japón vuelve a tomar protagonismo y jugará su tercer Mundial, dispuesto a tener su propia revancha.