Gabriel Heinze y sus métodos hacen ruido en Vélez y en el mundo del fútbol. Varios medios y también las redes sociales se hicieron eco de algunas decisiones del entrenador para la pretemporada que el plantel comenzó el miércoles 27: no PlayStation ni tenis de mesa, restricción en el uso de los celulares y algunas modificaciones en la Villa Olímpica, como cambiar todos los colchones para un mejor descanso, el pasto bien cortito y en buen estado y prohibición a dirigentes de contactarse con los jugadores. Seguramente el Gringo Heinze confirmará -o no- todas estas novedades en el próximo contacto que tenga con los medios en conferencia de prensa. Lo que no sorprende es que el técnico haya llegado con una idea fuerte de trabajo, intentando fortalecer la unión del grupo para cambiar el presente de Vélez .
“Comenzaremos a trabajar el 27 de diciembre. No achico las vacaciones, considero que está bien porque Vélez terminó antes el torneo. Quiero conocer al plantel. Antes que refuerzos, me interesa formar un grupo. Darles las herramientas para que ellos crezcan”, dijo Heinze el día de su presentación como nuevo entrenador. Federico Andrada no logró modificar los pasajes para volver de Austria y por eso ya no tendría en cuenta al volante, que no figuraba en la primera lista de prescindibles que trascendió la semana pasada (Cristaldo, Bergessio, Alvarenga, Correa, Amor, Doffo, Pérez Acuña y ¿Cubero?).
Gabriel Heinze y el plantel de Vélez, los primeros trabajadores
Heinze nunca ocultó su fuerte carácter. Tampoco, su forma de trabajar y de transmitir sus decisiones. También lo comentó en su primer día en el club: “Con todo respeto, me comunicaré por ruedas de prensa. No soy una persona que se comunique a través de entrevistas a través de distintos medios. No tengo nada para esconder, es mi forma de trabajar”.
A mediados de este año, cuando logró el ascenso con Argentinos y todos eran elogios, dio otra muestra de su temperamento. “Me putearon tanto, y nunca me quebraron, que ¿por qué les voy a creer los elogios?”, disparó, y agregó: “Ellos se merecen el crédito y de ellos se tienen que sentir orgullosos. Gracias a mis jugadores sigo en el cargo, gracias a ellos ahora dicen que soy buen técnico cuando hace un año era muy malo”. Seguramente es lo que intentará que digan los jugadores de Vélez dentro de unos meses, más allá de estas decisiones circunstanciales.
Mirá tambiénRicardo La Volpe se convirtió en youtuber y es un éxito
No es el único entrenador que pone restricciones, en especial a la tecnología. Marcelo Gallardo también puso límites. Ni el vestuario ni en almuerzos o cenas los jugadores pueden estar con sus celulares. Gallardo quiere que ese espacio se utilice para charlar y estar juntos. No se trata de una cuestión generacional. El veterano Jupp Heynckes (72), en su regreso a Bayern Munich a principios de temporada, estipuló seis normas, entre ellas la restricción del uso del celular. Aunque no todos tienen ese estilo. Este año, en Boca, Cristian Pavón y Jonathan Silva hicieron una transmisión en vivo a la madrugada y desde el baño de la concentración, previo al partido ante Vélez. “No sigo las redes sociales”, fue la respuesta del técnico Guillermo Barros Schelotto.
Estilos. Heinze marca el suyo.