De los campeones Novak Djokovic y Angelique Kerber a la subcampeona Serena Williams, esta edición de Wimbledon incluyó todo tipo de regresos.
Cuando el serbio ganó su cuarto título en el All England Club y su primero en un torneo Grand Slam en más de dos años al derrotar el pasado domingo 6-2, 6-2, 7-6 (3) al sudafricano Kevin Anderson, fue la culminación de lo que él mismo llamó una “travesía” y un “proceso” en su regreso de una cirugía de codo derecho.
Kerber, por su parte, se alzó con el título en Wimbledon por primera vez con una contundente victoria de 6-3, 6-3 sobre Williams el pasado sábado para coronar un regreso tras un duro 2017, en que perdió el primer lugar en el ranking y tuvo que lidiar con dos derrotas en la primera ronda en torneos major.
“Yo sigo seguro de que no hemos visto lo mejor de Angie”, afirmó el entrenador de Kerber, Wim Fissette.
Y si bien Williams no ganó el que habría sido su octavo trofeo de Wimbledon en sencillos, su actuación tan solo 10 meses y medio de un difícil parto y fue, tal como lo dijo Kerber, “una enorme inspiración para todas las personas que la vieron”.
El descalabro de la estadounidense la dejó con 23 títulos de Grand Slam, la mayor cantidad en los 50 años de tenis profesional y a solo uno del récord de la australiana Margaret Court.
No cabe duda que la competencia entre mujeres pasa por un gran momento y hay mucha más pelea por un trofeo en los majors. El triunfo de Kerber puso fin a una racha en la que siete jugadoras se repartieron los siete títulos precios de Grand Slam, (D)