Un mensaje de solidaridad y unión entre todos los ecuatorianos durante la pandemia del Covid-19 es el que promueve Gonzalo Escobar, tenista ecuatoriano que, junto con Roberto Quiroz y Emilio Gómez, vencieron el pasado 7 de marzo a Japón y clasificaron a las instancias finales de la Copa Davis; evento que se encuentra momentáneamente suspendido. En diálogo con este Diario, el manabita de 31 años comentó que se encuentra entrenando en su casa a pesar de las limitaciones que le impiden hacerlo con normalidad. Además, relató sus actividades diarias dentro de su hogar y cómo ayuda a su familia durante la emergencia sanitaria que atraviesa el país.
Tras el triunfo en Japón, ¿cómo se siente a nivel personal y como equipo?
Personalmente y colectivamente nos sentimos demasiado felices. Sentimos que finalmente nos llegó el momento de dar un triunfo que creo que estaba por encima de lo que nuestro ránking y carreras indican, pero sabíamos que esta era una serie perfecta. En los momentos claves siempre salimos adelante. Esto marca un inicio de cosas nuevas para nosotros.
¿Cómo desarrolla su vida de deportista durante esta pandemia?
Desde que se declaró la emergencia sanitaria yo he estado en mi casa todo el tiempo. He tratado de aprovechar el tiempo con mi familia ya que en los últimos años no los he visto tan seguido. Hay días muy duros sobre todo para tener motivación, pero sí me he mantenido entrenando. Manteniendo las cosas simples, sé que esto puede durar mucho tiempo, sobre todo el volver a jugar torneos y por eso trato de vivir el día a día.
¿Mantiene contacto con el equipo de Ecuador?
Sí. Tenemos varios chats con el equipo de Ecuador y a menudo nos comunicamos sobre noticias de cancelaciones de torneos, de lo que hacemos para mantenernos, de lo que pensamos y hacemos en tiempos libres.
¿Cómo han tomado esta para forzosa y sobre todo cómo afrontarla deportivamente?
Roberto (Quiroz) y Emilio (Gómez) en Guayaquil están entrenando en casa con los pocos implementos que se pueden usar en un domicilio. Tratamos de estar activos siempre.
¿Es verdad que su novia le ayuda en tus entrenamientos durante la emergencia?
Ella viaja conmigo tiempo completo desde hace un año y unos meses. En esta cuarentena ella tenía planeado venir a Ecuador una semana después del triunfo en Japón. Pero se empezaron a cerrar las fronteras y como ella tiene su familia en Canadá creímos lo mejor era que se quede ahí. Si todo mejora, en unas semanas la veré de nuevo.
¿Siente que le ha ayudado a crecer?
Desde que ella se unió a esta aventura me ha ido mucho mejor. Los resultados desde que ella está han subido bastante y me ayuda en la cancha y en mantener en orden ciertas cosas que a veces por los partidos o entrenamientos se va olvidando.
¿Qué expectativa tiene sobre la Copa Davis?
Muy positivo. Nosotros no tenemos nada que perder y contra Japón demostramos que podemos. El grupo viene subiendo y aún no hemos llegado a nuestro techo. Tanto Emilio, Roberto, Cayetano, Diego y yo en las próximas temporadas vamos a seguir dando saltos. Y en Madrid nos tocó un grupo durísimo (junto a España, de Rafael Nadal; y, Rusia, de Daniil Medvedev) pero nosotros vamos a dar lo mejor y si se presenta la oportunidad de ganar partidos vamos a aprovecharla.
¿Cómo se financia por el momento?
Ese tema es duro, pero seguro habrá gente que la esté pasando mucho peor, así que trato de no darle importancia, yo estoy bien. Para un tenista el no jugar significa todo pérdida. De ránking o de no ganar dinero. Cuento con el apoyo de varios patrocinadores y gracias a ellos he podido seguir.
¿Qué actividades aparte del entrenamiento realiza por el momento?
Ayudo en la casa en lo más que pueda. Con las comidas, tratando de ayudar en la limpieza. Si se necesita ir a buscar algo afuera, a la tienda o a la farmacia voy yo. Aparte de eso estoy tomando unas clases online que han estado muy bien.
¿Qué mensaje puede dar en esta dura situación que atraviesa el país y el mundo?
Como muchos de los ecuatorianos quisiera decir que en esta crisis he visto de todo, cosas que nunca nos esperamos y si se ve un poco de desunión. Sí sería un deber, por lo menos desde nuestras casas, el tratar de ser un poco más solidarios y más unidos. Hay que ayudarnos, ya con el virus tenemos suficiente. (D)