Con una mano izquierda al mentón del alemán Marco Rudolph un Oscar de la hoya de 19 años selló una de las victorias más grandes de su carrera.
Eran los Juegos Olímpicos de 1992 en Barcelona y esa tarde el peleador mexicoamericano no solo venció al campeón mundial de la división, también cumplió una promesa que le había hecho a su madre.
Dos años antes, a causa del cáncer Cecilia de la Hoya falleció y aunque estuvo enferma durante 4 años, su familia decidió ocultarle la información para que no perdiera el foco en su carrera.
“Recuerdo yendo al hospital, y cada vez que la visitaba, ella me decía: ‘No dejes que nada te impida ganar ese oro. Esa fue mi motivación. Estaba decidido a traer la medalla”, reveló el Golden Boy a Los Angeles Times en el 2016.
Oscar se consagró como campeón ligero luego de 5 victorias sobre representantes de Brasil, Nigeria, Bulgaria, Corea y finalmente Rudolph de Alemania.
De la Hoya llegó al boxeo por influencia de su padre y su abuelo, quienes fueron boxeadores. El click fue inmediato y logró más de 200 victorias y la medalla de oro fue solo el comienzo de una carrera internacional que lo catapultó a ser uno de los peleadores más prolíficos con de seis divisiones conquistadas con un récord de 30 victorias, 30 nocauts y 6 derrotas.
De la Hoya se retiro del boxeo profesional en el 2008 luego de haber caído ante el filipino Manny Pacquiao por nocaut y desde entonces se enfocó de lleno en su empresa promotora. Intento regresar al boxeo para una pelea de exhibición pero se contagio de corona virus y canceló los planes.
HIOm