Han pasado casi cuatro meses desde que terminaron los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, y los organizadores aún no han pagado todas cuentas, entre ellas 3,7 millones de dólares que le deben al Comité Internacional de los Paralímpicos.
El dinero era pagar costos de viaje, parte del contrato que firmó la ciudad para ser anfitriona de los Olímpicos y los Paralímpicos, dijo a la AP Craig Spence, vocero del CIP.
"Nunca hemos tenido una situación así en que el comité organizador se tarda tanto en pagar los costos de viaje", dijo Spence.
La demora es sólo la más reciente para los organizadores del evento, que están en mora para pagarle a cientos de acreedores y empleados.
Spence dijo que la falta de pago estaba perjudicando a los comités nacionales de paralímpicos, especialmente aquellos con presupuestos pequeños.
"Algunos de nuestros comités nacionales paralímpicos más pequeños, que pidieron préstamos para poder financiar sus viaje a los juegos, están ahora en grave peligro de no poder pagar sus deudas", expresó Spence.
La escasez de fondos, los recortes presupuestarios y los costos excesivos plagaron a los organizadores en la etapa previa a los juegos de Río.
El Comité Olímpico Internacional calificó la semana pasada a los juegos de Río como "los juegos imperfectos más perfectos", a pesar de los asientos vacíos, los problemas organizativos y el agua verde en uno de los sitios donde hubo competencias de clavados.
Cuando se inauguraron los olímpicos el 5 de agosto, los organizadores tuvieron que pedir asistencia financiera de los gobiernos federal y municipal para poder pagar por los paraolímpicos. Ello violó el compromiso de usar sólo dinero privado para operar el presupuesto de 2.800 millones de dólares de los juegos.
"Les dijimos a todos antes de los paraolímpicos que nos faltaba el dinero para los paraolímpicos debido a la falta de patrocinantes y a la escasa venta de boletos", dijo el portavoz de Río Mario Andrada.
Spence dijo que el presidente ejecutivo de los juegos de Río, Sidney Levy, dejó atónitos a los organizadores apenas cuatro semanas antes del evento al indicar que "no hay dinero para hacer los paralímpicos".
Los problemas financieros continúan aun cuando el comité pronto dejará de existir a excepción de los abogados a cargo de lidiar con litigios.
Andrada dijo a la AP que los 3,7 millones de dólares que debían ir para pagar los viajes fueron confiscados por otros acreedores, mediante una demanda y un recurso de amparo judicial.
Spence dijo haber recibido información de que esos acreedores incluían compañías de seguridad y de limpieza.
Andrada culpó parcialmente a la municipalidad de Río y al alcalde saliente Eduardo Paes.
En el acuerdo para salvar a los juegos, la municipalidad prometió desembolsar 150 millones de reales (45 millones de dólares) y el gobierno federal, 100 millones de reales (30 millones de dólares).
Andrada dijo que la municipalidad ha pagado apenas 30 millones de reales (9 millones de dólares), a pesar de que los organizadores han exigido un pago de por lo menos el doble de eso.
Paes ha sido objeto de gran escrutinio público últimamente.
Un tribunal estatal congeló sus activos la semana pasada mientras un procurador público investiga si se abstuvo de cobrar una comisión por protección ambiental a la empresa que construyó la cancha de golf olímpico.
Ello agravó las sospechas de favoritismo y pagos inapropiados en la construcción de la infraestructura para los juegos olímpicos y para el Mundial del 2014.