Los Mavericks de Dallas confirmaron en la duela de la Arena Ciudad de México, que solo las lesiones han provocado que un equipo que cuenta con Deron Williams, Dirk Nowitzki y Harrison Barnes ocupe el último lugar de la Conferencia Oeste, y con el aporte de sus figuras y buen juego defensivo vencieron 113-108 a los Suns de Phoenix.
Los de Texas le devolvieron la cortesía a los Suns, que los habían vencido en Dallas hace una semana y cobraron venganza, después de aprender la lección, al impedir las transiciones rápidas, frenar a los guardias de Phoenix y demostrar que sus veteranos aún pueden ganar este tipo de encuentros.
El partido inició al mejor estilo de la nueva NBA. Después que Deron Williams abrió el marcador tras 50 segundos de acción, comenzó un intercambio de triples, de Seth Curry, que respondió Devin Booker, de Williams, que contestó Marquese Chriss, no solo en una, sino en tres ocasiones, para mantener en la pelea a los Suns.
Con el ingreso de los suplentes, el ritmo bajó, los de la banca tuvieron problemas para encontrar el aro en ambos costados de la cancha y el marcador se estancó, aunque los visitantes siempre estuvieron arriba, para cerrar el primer cuarto con una ventaja de tres puntos, basados en los triples de Curry y el aporte de Deron.
Al comienzo del segundo periodo, los Suns tomaron la ventaja por primera vez en el partido, aunque no por mucho tiempo, porque una clavada poco habitual del gigante alemán, Nowitzki, despertó a los de Texas.
El germano cargó con su equipo y registró siete puntos en fila, para poner a Dallas adelante por dos (39-37), pero del otro lado también hubo respuesta; en todo el encuentro, los Mavs no encontraron el antídoto para contener a Tyson Chandler en la pintura, y el centro sumaba 11 puntos y 10 rebotes en la primera mitad.
Antes del descanso aparecieron las estrellas ofensivas de cada equipo, Eric Bledsoe, que se había ido en blanco en el periodo inicial, registró 11 puntos, mientras que Barnes le agregó siete unidades a las seis que había tenido en el cuarto anterior.
Sin embargo, el espectáculo comenzó a robárselo Deron Williams. El veterano armador se encargó de dominar a Bledsoe y Booker, y lo mismo encestaba triples que coladas, para encabezar el ataque de la visita (15 puntos y siete asistencias al descanso), aunque Phoenix ya tenía el control (59-57).
La visita a los vestidores sirvió para que el coach Rick Carlisle le recordara a los Mavericks su esencia: un equipo que defiende bien. Los de Texas contuvieron la velocidad de los Suns y con el aporte de Nowitzki (seis puntos en el cuarto) y Williams (8) construyeron una ventaja de 10, que obligó a Earl Watson a pedir un tiempo fuera, que no sirvió de mucho porque Wesley Matthews puso la pizarra 76-63 para Dallas.
Con los caminos cerrados, la única vía para los de Arizona era Chandler, sin rival en la pintura, a pesar de los intentos de Salah Mejri de provocar un duelo físico, pero la ofensiva de Dallas no se detuvo ni con la entrada de la banca y el partido comenzó a cargarse del lado visitante (88-76).
Phoenix necesitaba a Devon Booker, y el jugador de segundo año, elegido al equipo ideal de novatos la campaña anterior, comenzó a despertar con un par de triples, para reducir la distancia a seis.
Las esperanzas de un duelo más cerrado y de una reacción de los anfitriones se basaron en el aporte del guardia tirador, pero un triple de Nowitzki y otro de Curry sellaron la victoria de Dallas.
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