Alejandro Burillo, presidente del Grupo Pegaso, organizador del Abierto Mexicano de Tenis, mantiene la ilusión por convertir el torneo de categoría 500 de la ATP, en un Masters 1000, para contar con todos los mejores tenistas del planeta, aunque reconoció la dificultad de lograrlo, debido a que ninguna de las actuales sedes de eventos de este tipo quieren cederlos.
"Siempre hemos pensado en ser los mejores del mundo, eso todos los mexicanos lo tenemos en la cabeza en estos momentos, pero es difícil, porque son pocas las fechas, los torneos, hemos hecho nuestro esfuerzo, aunque la última vez que tocamos una puerta fueron 120 millones de dólares los que teníamos que gastar para comprar un torneo", señaló tras el sorteo de la edición 24 del AMT.
Otro de los objetivos de Burillo es tener en las canchas azules de Acapulco al suizo Roger Federer, máximo ganador de torneos de Grand Slam en la historia, con 17, y quien en la semana del torneo nacional de forma habitual disputa el certamen en Dubái.
"(Federer) tiene una gran relación con nosotros, hemos podido platicar con él y sabe que Acapulco es un lugar tranquilo y bueno, que si viene aquí, su familia estará a gusto, que puede pasear por las playas, que puede ir a comprar quesadillas o a La Quebrada, y eso llama mucho la atención".
Aunque también es consciente de la dificultad de tener a Federer en México, el directivo puso como ejemplo lo ocurrido este año con el serbio Novak Djokovic, quien de forma sorpresiva anunció su participación en el Abierto Mexicano.
"Con Djokovic llevamos tres años negociando, con él (Roger) hemos tocado también base, pero tenía un contrato que estaba muy amarrado, ahora se presta la oportunidad, y vamos a intentar en un momento dado que venga".
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