Las gimnastas están entre las deportistas con las carreras más breves y pocas compiten en más de dos o, como mucho, tres Juegos Olímpicos. Pero la incontenible Oksana Chusovitina se presentó en sus séptimos.
En un deporte superpoblado por adolescentes de pequeño tamaño, Chusovitnia, de 41 años, ha mantenido un cuerpo de gimnasta durante cuatro décadas para poder competir contra rivales a veces más jóvenes que su hijo de 17 años, Alisher.
"¡Cuando compito (...) si dieran algunos puntos más por edad sería genial!", bromeó Chusovitina tras presentarse en las preliminares femeninas el domingo.
El público en Río demostró su cariño para la gimnasta de mayor edad en competir en unos Juegos y que fue miembro del exitoso Equipo Unificado, que representaba a las ex repúblicas soviéticas, en su debut olímpico en 1992.
Los aplausos fueron fuertes y prolongados cuando por altavoces anunciaron a la uzbeka como "una leyenda viviente" y el volumen subió unos decibeles mientras corría hacia su primer salto, un mortal con un giro y medio.
Un pequeño brinco al aterrizar hizo poco para desanimar al público y un puntaje de 15.166 mostró que no está en Río simplemente para celebrar el competir en un récord de siete Juegos.
"Realmente amo el deporte, amo complacer al público. Amo salir y actuar para el público y para los aficionados", dijo Chusovitina, quien ha competido bajo las banderas de la Unión Soviética, Equipo Unificado, Alemania y Uzbekistán durante su destacada carrera.