Sonrió discretamente y respondió, “todo pasa por una razón”, saben que “Michael Jordan ha sido una inspiración durante toda mi carrera”. Entre tantas cifras y récords encontró un vinculo con el que muchos consideran el mejor atleta de todos los tiempos, el 23 que usaba en su uniforme es el número total de oros que Michael Phelps se lleva.
Rio 2016 cerró sus competencias de natación con el relevo 4 por 100 combinado, donde el ahora retirado nado por última vez y superaron a Gran Bretaña y Australia que se quedaron con la plata y el bronce.
El cierre marcó el total dominio de Estados Unidos, que superó lo conseguido en Londres, donde se quedaron con 16 medallas de oro, esta vez fueron 17 de 33, lo que significa que ganaron más que el resto del mundo combinado.
Nadie quiere creerle, su compañero y rival Ryan Lochte lo predijo después de Londres y lo volvió a hacer en el cierre de las competencias, “va a estar en Tokio”, dijo para NBC, transmisora de los Juegos en Estados Unidos..
No solo Lochte lo puede ver, Michael está en plenitud física, sus dobles articulaciones mantienen la flexibilidad intacta, su nado de delfín sigue siendo un arma cuando avanza por debajo del agua y en otros cuatro años de entrenamiento real, podría extender su legado, pero él insiste, “es una etapa nueva de mi vida, no dejaré la natación pero definitivamente me retiro”.
Ryan Murphy, abrió la competencia para los medallistas de oro y nado para tiempo de récord olímpicos en la prueba, “estaría mintiendo si les dijera que no impulsó el hecho de ser parte de este reelevo para dar un tiempo de récord mundial. Nadar con Michael (Phelps) y Nathan (Adrian), dos de los nadadores que siempre he seguido”, dijo el joven nadador en una noche dedicada totalmente a Phelps.
‘La bala de Baltimore’ salió a la conferencia de prensa junto a su entrenador Bob Bowman, con quien ha trabajado desde hace 20 años y su mentor se rio cuando le preguntaron si encontraría otro ‘Michael Phelps’, “De ninguna manera, ni siquiera estoy buscando, lo que pasó con Michael no pasa una vez en cada generación, pasa una vez en 10 generaciones”.
Agotado, pero de buen ánimo Michael reconoció que “fue mucho más emocional que el cierre en Londres. La cereza del pastel, como lo había imaginado”, pues pudo irse con un oro en lugar de la plata compartida de la noche del viernes.
Hoy está firme en su decisión, insiste en que su enfoque es ser el mejor padre posible para Boomer y dedicarse a la relación con su esposa Nicole, pero como el mismo lo ha dicho la espina del “¿qué tal si hubiera nadado unos olímpicos más?”, ya le picó una vez y en 2020 solo tendrá 35 años.