Frente a frente y vestidos de blanco, como si se tratara de una penitencia para ambos, pero hoy la enmienda será de tenis. Novak Djokovic y Nick Kyrgios se verán esta mañana en la final de Wimbledon y será una cita entre dos tenistas que pasaron de odiarse abiertamente ha tenerse respeto mutuo en los últimos siete meses.
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Esta mañana irán con sus raquetas al frente, pero antes fueron sus palabras las que los enfrentaron. Kyrgios criticó duramente la fiesta que organizó Nole en el Adria Tour en julio del 2020 en medio e la pandemia por el coronavirus, en la que se vieron involucrados Djokovic, Thiem, Zverev, Dimitrov, Coric, entre otros. “No son los top de nuestro deporte”, dijo el australiano y se abrió el telón de una gran lucha.
“Cuando tuvo que ejercer de líder y mostrar su humildad, ahí desapareció”, volvió a apuntar Nick sobre Nole en agosto de ese año. La respuesta tardó, pero llegó. “Kyrgios es bueno para este deporte, le tengo muchísimo respeto cada vez que me enfrento a él. Fuera de la pista la cosa cambia y no le tengo ningún tipo de respeto”, apuntó Djokovic en febrero del 2021.
“Tendría sentido si dijera que no me respeta en la cancha”, respondió el australiano. “Fuera de la cancha hice las cosas bien, especialmente durante la pandemia. Estuve entregando comida para la gente que no tiene, fui cuidadoso, no quise propagar el virus a nadie”. Golpe a golpe.
Así, desde las palabras más críticas hasta imitar sus saludos han sido las armas con las que Kyrgios se enfrentó a Nole. Pero hubo algo que los unió en enero pasado. Djokovic fue prohibido de participar en el Australian Open -recordar que fue deportado por no vacunarse- y fue cuando Nick se puso de su lado de la cancha, aun cuando es australiano. “Está aquí para jugar al tenis, no molesta a nadie. El maltrato ha sido atroz”, defendió al serbio.
Esas palabras lo cambiaron todo. Un mensaje por Instagram abrieron las nuevas relaciones. “Me ha dicho “gracias por defenderme”. Ni yo mismo esperaba defenderlo”, reconoció el mismo Nick.
Ahora, que se enfrentarán por el título de Wimbledon, llegaron los reconocimientos. “Tenemos un poco de ‘bromance’ ahora”, reconoció el australiano, que conversa por Instagram con el serbio. “Fue uno de los pocos que salió a defenderme y que me apoyó. Lo aprecio verdaderamente. Le respeto mucho por eso, respondió Nole.
Así, en la Catedral del tenis, Kyrgios y Nole pagarán viejas culpas o iniciaran una nueva historia.
—Lo deportivo—
“Nole en una final es de otro nivel”, nos comenta Ariel Fernández, periodista argentino especialista en tenis, pero asegura que si se la tiene que jugar, iría “60-40 para el australiano”. La parte física será importante. Kyrgios llegaría con molestias en el hombro, pero Nole tiene dos horas más en cancha. El desgaste también suma para el jugador de 35 años ante los 27 del oceánico.
Con 32 finales de Grand Slam -el de mayor presencias-, Djokovic tiene cierto favoritismo. Busca su séptimo título en Londres, mientras que para Nick se trata de la primera final de un major en su carrera. Hay una historia para contar, para cada uno de ellos.
Ya ayer la dicto la rusa-kazaja Elena Rybakina, quien se coronó en la rama femenina tras vencer por 3-6, 6-3 y 6-2 a la tunecina Ons Jabeur. Rybakina nació en Moscú (Rusia), pero pudo competir en Wimbledon porque desde el 2018 juega con su nacionalidad Kazaja.
Se trata de la segunda tenista de menor ránking (23) en ganar Wimbledon. Venus Williams lo hizo desde la casilla 31 en el 2007, pero antes ya había sido la número 1.
Fin de semana histórico en Londres, en la Catedral más que milagros, se pagarán penitencias.
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