Las lágrimas de Roger Federer son las del mundo entero. La emoción del ‘Expreso Suizo’ es la historia del tenis. Los abrazos de ‘Fed’ son el de cada uno de esos chicos que se formaron pensando en él. “No estoy triste”, dice, y cómo va a estarlo si el tenis es él mismo. Llorando dice “gracias”, cuando es por él que el tenis hoy tiene un brillo distinto.
MIRA: ¿Y para ti quién es Claudio Pizarro? Diez periodistas y escritores reflexionan sobre el futbolista más ganador y menos querido del Perú
La mayor victoria de Roger Federer no está en el palmarés que el mundo del tenis envidia, tampoco está los millones que lo han colocado en las selectas listas que prepara Forbes. Su gran triunfo a lo largo de su carrera es que se permita una fiesta como la Laver Cup con los invitados de lujo diciendo presente a pesar de sus momentos. Roger agradeció no estar solo en su despedida, y era imposible que así sea. El mundo entero está con él.
Con un Rafael Nadal sin competencia desde inicios de mes -desde el US Open-, y con la preocupación familiar que vive por la salud de su bebé. Con un Andy Murray, que como bien dicen en la transmisión, juega con una cadera biónica, con Novak Djokovic. Con mamá y papá orgullosos, con Mirka y sus gemelos. Con el mundo entero atento a cada uno de sus movimientos.
Ese es Roger Federer. Un tenista que logró que la palabra rivalidad quede solo en el campo de juego, tanto así que su compañero de juego en el último partido de su carrera sea Rafael Nadal. Un deportista que es inspiración para miles alrededor del mundo. Una persona que es ejemplo en un mundo tan individual como el tenis.
La Laver Cup es el escenario perfecto para la despedida de un jugador que supo sobrepasar cada uno de los pronósticos. Al adolescente con problemas en la espalda que lo liberaron del servicio militar, pero no lo alejaron de su pasión. A ese joven que supo escapar de la rebeldía para convertirse en el mejor del mundo, a las predicciones de su padre que no quería apoyarlo hasta los 30 años si no estaba entre los mejores, o a las de él mismo, que en el 2007 ya hablaba del 2011 como parte de sus últimos años de carrera.
Se despide Roger Federer y poco importa que la victoria del duelo de dobles haya sido para la dupla del Team World. Se despide Roger dando cátedra de lo que es un deportista de 41 años. Junto a Nadal, de 36, juegan de tu a tu ante Sock y Tiafoe, de 29 y 24 respectivamente. Federer no ha olvidado ninguno de sus maravillosos golpes, tampoco de sus eufóricas celebraciones, pero esa rodilla le dijo basta y él entendió el mensaje.
Se ha retirado Roger Federer pero nunca dejará de ser el tenis mismo. La historia de este deporte ha tenido grandes representantes a lo largo de tantos años, pero no hay nadie más grande que Roger Federer.
--
Ver noticia en El Comercio: DT